en el ombligo de las nubes, en los cielos azúles;
que clavan a mi frente estrellas y diluvios de burbujas
rellenas de tu rostro.
Busco el amor en la inmensidad de los ataúdes
escrudriñando de ellos la plenitúd del abrazo
el fracaso de los fracasos y los años nuevos que aún poseo.
Pero él se esconde en el beso de la soledad
un contrapunto desafiante ,enredador que amortigua
tu llegada y siento hay veces que me condena.
Busco tu voz reconciliadora y llegue a mi oído vespertina
el canto perenne de la diosa golondrina.
Hay veces siento recorrer tus huellas en mi piel
y diez potrillos empostrados en tu palma
buscan el secreto de mi ser, buscando el despertar de mi vientre
y la gloria perpetua de la voz que estalla.
Pero te busco en silencio, como el espíritu en pena
que a su paso arrastra rosas cual dulce condena.
Luzdeti.