sin que le duela al sol la roja herida
que deja en el paisaje, y es en vano
rogarle que demore su partida.
La tarde se deshoja, y el ocaso
ignora toda lágrima vertida.
Es inútil negarnos al fracaso
cuando está el corazón tocando fondo,
mas deja que te diga, por si acaso
me llamas algún día y no respondo,
Si sientes que en la ausencia te apuñala
el filo de un silencio largo y hondo
y una lágrima trémula resbala
hasta el ancho vacío de tu mano,
si el dolor te doblega y te acorrala...
ya no insistas, amor...se va el verano