¡Quién apuesta al amor!
verdugo con grillete, atroz tortura,
prólogo de embeleso y de ternura
un camino de rosas, vergeles sin color.
Oferta silenciosa que gana a su favor
el rédito infalible, estafa, usura
que a corto plazo paga, con premura
su cuota de dolor.
En vuelo ilusionado busca nido,
descanso a la opresión dentro del pecho
que impulsa los suspiros al celeste
portal que oye en su canto, azar comprometido.
Sembrados los jardines en el lecho,
habrán de florecer cuando el ocaso apreste.
ANA