cuando el amor se cruza por sorpresa
y la sangre en las venas corre priesa
denunciando sus huellas en el pomo.
Qué difícil hablar ni por asomo
y poniendo las cartas en la mesa
del puñal que por dentro te atraviesa
simulando la fuerza del aplomo.
Y qué fácil cortar con las tijeras
de ley que manipula el fariseo
enviándonos cautivos a galeras.
Mas yo te amo y no oculto mi deseo
te busco en los rincones, las aceras
y en la esencia de todo lo que veo.
Rybka.