HERMANO
Te miro hermano en esa cruz clavado,
entre el cielo y la tierra suspendido,
de tu pueblo arrojado y maldecido,
por el Padre a tu suerte abandonado.
Te miro agonizante y derrotado;
tus amigos, cobardes, ya se han ido;
uno solo, de lejos, te ha seguido,
con un beso, otro amigo, te ha entregado.
Baja hermano, tu amor te ha vuelto loco;
abandona la cruz, nadie merece
tanto dolor a cambio de tan poco.
Mueres hermano y nadie se estremece;
¿eres tan solo un Cristo del barroco
o el hermano que al lado desfallece?
Jesús Gutiérrez
Madrigal