De nuevo amaneciendo nos hechizó la vida
otra vez liberamos enigmas contenidos,
en miradas inquietas y guiños consentidos
escrutando caricias en noche florecida.
Y yo sentí tu mano viril comprometida
que despertaba el gozo de anhelos escondidos
y concilió el desvelo besando los sentidos,
la rijosa algazara bohemia y atrevida.
De nuevo con el alba se emancipó lo incierto
trinaron las memorias azares y aventuras,
en tanto amaneciendo nos sorprendió el concierto.
Cual madrigal que asperge sublimes tesituras
alcorza la alborada su rosicler de espera,
mientras tanto acrisola genuina su quimera.
por Aimée Granado Oreña / Gota de Rocío Azul