(Coplas manriqueñas)
Cayendo ya va la tarde
y deja sus pinceladas
arreboles,
luciendo con mucho alarde
sus mejillas tan doradas
como soles,
nos invita a descansar
con el frescor de la brisa
del ocaso,
motivo para soñar
disfrutando tu sonrisa,
tu regazo.
El sol en el mar navega
y se cruzan las bandadas
en su vuelo,
la luna en fúlgida entrega
y estrellas enamoradas
en el cielo.
Tu mirada se enternece
ante la tarde dormida
con placer,
pues sueña que ya amanece
y su alma se encuentra urgida
por volver.
ANA