Ando triste y abatida
ando con un ala rota
¡viento fuerte el que me azota!
tengo el alma tan dolida
que hasta temo por mi vida.
Debo detener mi vuelo
pues quise llegar al cielo
en franca necesidad
de ver con más claridad,
¡ahora padezco este duelo!
Sin mi vuelo yo tendré
que afrontar este dolor
me quedaré sin amor,
sólo lloro y lloraré
pero al final triunfaré
y mi ala ya habrá sanado
será sólo del pasado
este malvivido idilio
que ya ni el sueño concilio,
¡es idilio condenado!
¡Oh Dios, qué será de mí!
que pesar y que tormento
sólo me queda el lamento
de lo que nunca viví
pero la vida es así
todo pasa, nada queda.
Pondré al corazón en veda
en reposo y aislamiento,
pues no quiero más tormento
que me ofusca, que me enreda.
Cuando esté ya desahuciada
pediré socorro al cielo,
que fortalezca mi vuelo,
que no perezca cansada
hasta alcanzar la morada
de mi siempre amado sol
astro que amo sin control,
ese astro rey de reyes
faro de luces sin leyes
de nubes en arrebol.
Y ya cuando llegue al cielo,
si aún me siento golondrina
daré mi canción más fina
como fue mi gran anhelo.
No causaré más desvelo
a mi sol que ya sufría
creyendo que me perdía,
me fundiré en su pasión,
sintiendo mi corazón
¡que acabará la agonía...!
ANA
(Derechos Reservados)
abril, 2010 (En: Matices de Auroras)