Eres Tú el redentor,
el Cristo resucitado
que yació crucificado
en un alarde traidor.
Eres luz de alegría,
quien a todos amaba,
el que nos animaba
a vivir en armonía.
Te clavaron las manos
y los pies al madero,
recorriste el sendero
entre los inhumanos
gritos de enardecidos,
¡pero nos perdonaste!.
Dicen que resucitaste,
es nuestra salvación.
Y yo espero el día
que te vea de frente,
a tu mirar sonriente
encomiendo la mía,
esta vida tan corta
y tan largas heridas.
Yo te escribo Jesús,
renacido y radiante,
con la luz fulgurante
de vencer a la muerte.
Sea bendita tu frente
y tu rostro de amor.
Ana Maria R.
20-abril-11