
Lascivo deseo, acusa a la rosa
reptan sus hojas, corta su ramal,
plenitud ardorosa que embelesa,
dulce savia, regando el adelfal.
Suda la piel, epicúreo aroma
se libera al dulce ruego carnal
se extasian los sentidos, se contrae
el cuerpo, germina el brote almendral.
Impúdica y sagaz gacela en celo
salvaje cabalgas, irracional,
desprendida de razones, te elevas
lujuriosa, en un grito gutural.
La piel , defendida de su prisión
de siglos de su recato nupcial,
fenece sonriente , besa la espuma,
se rinde exangue, a su justa sensual
Ha mordido la carne de tu nombre
en justa lid, en la noche auroral,
infesto deseo que anocheció,
los sonidos de su verbo otoñal.
Verónica ©
10.11.10
***lunademayo***
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