o cualquier sea el color,
lo que importa es el amor,
cuando al trinar pajarillos
la mente borda en ovillos
su trama de inspiración
creando con emoción
en su nido pensamientos,
de los más bellos momentos,
que describe con pasión.
Queta
Se describe con pasión
lo que aborda el sentimiento
siendo agradable el concento
que anida en el corazón.
Queda a un lado la razón
cuando el espíritu gana
de Venus la soberana
los flechazos del Amor
volviéndolo ruy-señor
de la rosa, su galana.
Luis
De la rosa, su galana
de los claveles su aroma,
de tus ojos, luz que asoma,
como el sol en la mañana.
De tu belleza serrana,
yo estoy tan enamorado
que ya estoy obnubilado,
de tu hermosura chiquilla.
A tus pies y de rodilla,
Mi corazón has robado.
Roberto Santamaría
Mi corazón has robado
como perfume de lirio
que siéntome en un delirio
por completo arrebatado.
Me dejas enamorado
y rendido a tus mercedes
como un esclavo al que puedes
doblegar a tus antojos
siendo tus espléndidos ojos
con que martirio me cedes.
Luis
Con que martirio me cedes
llenándome de promesas,
me mientes cuando me besas
envolviéndome en tus redes.
Caricias que me concedes
son ya ternezas sin calor,
que me causan el dolor
de la ausencia que atormenta,
ya no me tienes en cuenta
te olvidaste de mi amor.
Roberto Santamaría
Te olvidaste de mi amor,
escribe el poeta triste,
para tu amada tú fuiste,
pasatiempo sin clamor.
Mas vendrá un día mejor
cuando te sientas amado
y quede atrás el pasado
al cerrarse tu honda herida
que te causó la partida
de quien ya te ha olvidado.
Queta
De quien ya te ha olvidado
tienes aún su memoria
que, aunque no peca de gloria,
es parte de tu pasado.
El olvido por su lado
pareciera no ayudarte
y en lugar de consolarte
te provoca más dolor;
herido estás por amor,
¿quién así podrá salvarte?
Luis
¿Quién así podrá salvarte?
de tu suerte tan nefasta,
cuando el miedo a ti te espanta
no lleva a alguna parte.
Te refugias en baluarte
aislándote d´este mundo,
y respiras tan profundo
que al final te falta aire,
te abandonas al socaire
y mueres en un segundo.
Roberto Santamaría
Y mueres en un segundo
a causa del sufrimiento
que no encuentras un momento
para sentir bello el mundo.
Hoy te arrastras gemebundo
en pos de una mano amiga,
pero no hallas quien te diga
“Voy en tu socorro, hermano”
y parece fuera en vano
que alguien tu sombra persiga.
Luis