Mi mapa de tí
Publicado: Mié Dic 30, 2009 15:32
Cuando estás lejos, cuando estás imposible
por ya perdida, porque nuestro tiempo ha pasado,
entonces acude a mí la memoria, rescata
imágenes tuyas, tu voz, olor i el aire
con que te mueves... donde quiera que estés.
Mi mapa de tí es una espalda suave, tremendamente
blanca, como un glaciar, con algunos flecos perdidos
de pigmentación sonrosada, la calidez en mitad de la tundra.
Y tu cuello esbelto, siempre desnudo, libre del pelo
que oculta solo lo que no es hermoso... tu cuello tan besado.
Tu fina cintura donde abrazarse como un ahogado,
esas caderas en las que jugaban mis manos
como niños resbalando sobre una piel huntada en miel...
y tu cueva, tu cueva... donde mi sexo lloraba
sus calientes y blancas lágrimas... para morir
acurrucado, en si mismo, como toda muerte es íntima,
avergonzada.
Mi mapa de tí se conforma con unas manos alegres,
que volaban cual mariposas, atrevidas en todo momento y lugar,
unos ojos sinceros, un rubor de te quiero, ese pelo rubio ensortijado,
como un jardín de brezos salvajes... y tus labios,
solo nacidos para ser besados, para pronunciar palabras
cálidas y que a los cuerpos hagan arder... tus labios,
tu corazón golpeando como quien quiere entrar en casa,
tus senos delicados, material para gozar como un sentenciado
se traga el humo de su postrer pitillo.
Mi mapa de tí culmina en unos muslos que me ignoraron,
cuando te diste la vuelta y dijiste: ya es bastante.
Tu culito redondo musicando, una suave marcha que dejaba
un arpón clavado en un corazón.
Mi mapa de tí es el plano de una destrucción,
de una derrota en el campo de batalla,
de una huida en mitad de la noche...
como son todas, porque no pueden ser de otro modo.
Sin adioses como flechas que masacren el material
otro tiempo amado: silencio, tus pasos, el cerrar
de la puerta, tu desaparición acera abajo...
por ya perdida, porque nuestro tiempo ha pasado,
entonces acude a mí la memoria, rescata
imágenes tuyas, tu voz, olor i el aire
con que te mueves... donde quiera que estés.
Mi mapa de tí es una espalda suave, tremendamente
blanca, como un glaciar, con algunos flecos perdidos
de pigmentación sonrosada, la calidez en mitad de la tundra.
Y tu cuello esbelto, siempre desnudo, libre del pelo
que oculta solo lo que no es hermoso... tu cuello tan besado.
Tu fina cintura donde abrazarse como un ahogado,
esas caderas en las que jugaban mis manos
como niños resbalando sobre una piel huntada en miel...
y tu cueva, tu cueva... donde mi sexo lloraba
sus calientes y blancas lágrimas... para morir
acurrucado, en si mismo, como toda muerte es íntima,
avergonzada.
Mi mapa de tí se conforma con unas manos alegres,
que volaban cual mariposas, atrevidas en todo momento y lugar,
unos ojos sinceros, un rubor de te quiero, ese pelo rubio ensortijado,
como un jardín de brezos salvajes... y tus labios,
solo nacidos para ser besados, para pronunciar palabras
cálidas y que a los cuerpos hagan arder... tus labios,
tu corazón golpeando como quien quiere entrar en casa,
tus senos delicados, material para gozar como un sentenciado
se traga el humo de su postrer pitillo.
Mi mapa de tí culmina en unos muslos que me ignoraron,
cuando te diste la vuelta y dijiste: ya es bastante.
Tu culito redondo musicando, una suave marcha que dejaba
un arpón clavado en un corazón.
Mi mapa de tí es el plano de una destrucción,
de una derrota en el campo de batalla,
de una huida en mitad de la noche...
como son todas, porque no pueden ser de otro modo.
Sin adioses como flechas que masacren el material
otro tiempo amado: silencio, tus pasos, el cerrar
de la puerta, tu desaparición acera abajo...