Las paredes de esa habitación,
Son recortes de nuestra propia sed carnal,
Ahí de pie separados por visiones
y fantasías que nos evocan,
Sin que nada impida saciar la ambición de nuestras almas
Somos siluetas que se descubren
Sin la vergüenza de un pecado;
Esa habitación es el cobijo de la desnudez del alma,
Es la naturaleza que nos empapa, sin miedo a lo prohibido
Es el santuario de lo más divino y delicado del espíritu,
Es el templo de los sentimientos
Más profundos nunca profanados.
Sin pensar, sin hablar y con ese lenguaje
Del más limpio y elocuente silencio,
Entre sedas y satines, entre plumas y cortinas cerradas,
Hombre a mujer, sexo a sexo
comienza la felicidad y la gloria,
De las almas que se buscan, se reconocen, se poseen
Con suspiros y silencios nos deseamos,
Entre humedad y gemidos nos encontramos,
Tu sigilosa mirada me desnuda,
Mi suave aliento te enmudece;
Te alimentas de mis labios con tu lengua incitante,
Para regalarme en los labios la savia
Del sentimiento más puro,
Y saborearnos el elixir del amor y la locura,
Para volar por los hedonismos de nuestra propia posesión.
Sin miedos, sin prohibiciones en esa habitación
Recorres mi cuerpo con tu boca cauteloso,
Recorro con mis besos serenos tu piel
Estremecida de pasión desorbitada,
Erizas mi piel con tu aroma que arde en mis sentidos,
Te excito con mi virginal cuerpo,
Que en llamas calcinantes flota
Llenas con el agua deliciosa de tu ser
Cada parte de mi cuerpo;
Te desgarro lentamente con mis manos,
Hasta llenar tu alma
Y quemar con mi sudor, tu corazón
Que se desase con mi carne
Me embelezas con tus manos,
Cautivas de mí ser electrizada
Me tomas, me seduces, me hechizas entre tus brazos;
Que se ahogan en ese mar de fulgor y calidez absoluta,
Me entrego a ti en mi total
Desnudes con el alma emocionada,
Te entregas a mí en total plenitud de tus emociones.
En esa alcoba no hay nada oculto ni nada que sea pecado,
Me incitas a cada instante
Para cruzarte indagadora y salvaje,
Y poseer de ti el volcán irascible de tu ser irrefrenable,
Te domino con mis ojos de embrujo
De seducción arrebatados,
Poseído de mi cuerpo incauto y lascivo;
Me posees con boca de fuego arrebatada,
Y tomas de mí a tu antojo
el brebaje divino de mi sexo virginal;
Y hurgas en mi cuerpo con provocación incitante,
Y encuentras en el un paraíso de placeres seductores,
Y busco en tu ser vivificante de delicias inspiradoras,
Para en encontrar en el un olimpo de deleite fascinante.
Y nos sumergimos en el instinto del amor glorioso,
Para navegar en la sublime
conmoción de nuestros cuerpos,
Delicado, majestuoso en mí te siento dentro
Y te hago descubrir con embriaguez enamorada,
El misterio de mi sexo humedecido con el sudor quemante de tu carne,
Me deseas con ese aliento que me roba los gemidos;
Para beberme completamente y embriagarte de mi
Te deseo con ese soplo húmedo de tus suspiros,
Para beberte entero y emborracharme de ti.
En esa habitación la oscuridad
Es nuestra aliada irresistible,
Me sientes tuya hasta el crepúsculo
De tu cuerpo enardecido,
Te siento mío hasta la aurora de mi carne
Y mi sexo, desmayados,
Me fundo con tu carne
Y me hago parte de tu sexualidad
Que extasía, me arrebata,
Y me enajena en el calor y el rocío,
De mi propias emociones agitadas
de tu palpitante sexo salpicado,
Por las gotas naturales de mi ser mojado
en ese licor de sensual sabor
Que te seduce y te transporta al cielo extasiado.
Nos recorremos sin descanso
entre silencios que arrebatan quejidos,
Nos amamos sin fatiga entre caricias
Y susurrantes palabras que vibran en los oídos,
Me tomas y viajas por mi sexualidad llenadote de mi calcinante aroma;
Me llevas a la gloria de la hipnosis del amor silente
Que no necesita de las palabras para ser intuido;
Nos pertenecemos ya somos uno en amor,
Pasión y dulzura ilimitadas
Entregados aquella lujuria de orgasmo
Eterno benevolente y virtuoso,
Que nos traspasa las entrañas de sensualidad provocativa,
Con los deseos delirantes de nuestros cuerpos jadeantes.
La vela que acompaña nuestro viaje,
de devoción y sexualidad idolatrada
Se derrite por el fuego y el vapor
de nuestro corazón enloquecido,
La oscuridad nos acompaña y nos penetra en cada poro
Con esa luz de luna que nos lleva al cielo más divino;
En esa habitación el tiempo ya no es tiempo, las horas son eternas
Sofocados por los placeres de nuestro sexo palpitante,
Fundidos en un sola pasión irrefrenable y agitada,
Bajo la luz virginal de un sol flamante y pleno de ternura,
Nos envuelve en ese calor de amor y de dulzura.
Para convertir esos momentos en un eterno idilio cortesano;
Deleite del amor inmaculado,
Frenesí del silente suspiro en el corazón apasionado
Sueño y fantasía, verdad y algarabía,
Viaje y afán de la voluntad idealizada;
Ensueño y sed de dos seres
Que se evocan, Se susurran, se enajenan
Y se aman.
Son recortes de nuestra propia sed carnal,
Ahí de pie separados por visiones
y fantasías que nos evocan,
Sin que nada impida saciar la ambición de nuestras almas
Somos siluetas que se descubren
Sin la vergüenza de un pecado;
Esa habitación es el cobijo de la desnudez del alma,
Es la naturaleza que nos empapa, sin miedo a lo prohibido
Es el santuario de lo más divino y delicado del espíritu,
Es el templo de los sentimientos
Más profundos nunca profanados.
Sin pensar, sin hablar y con ese lenguaje
Del más limpio y elocuente silencio,
Entre sedas y satines, entre plumas y cortinas cerradas,
Hombre a mujer, sexo a sexo
comienza la felicidad y la gloria,
De las almas que se buscan, se reconocen, se poseen
Con suspiros y silencios nos deseamos,
Entre humedad y gemidos nos encontramos,
Tu sigilosa mirada me desnuda,
Mi suave aliento te enmudece;
Te alimentas de mis labios con tu lengua incitante,
Para regalarme en los labios la savia
Del sentimiento más puro,
Y saborearnos el elixir del amor y la locura,
Para volar por los hedonismos de nuestra propia posesión.
Sin miedos, sin prohibiciones en esa habitación
Recorres mi cuerpo con tu boca cauteloso,
Recorro con mis besos serenos tu piel
Estremecida de pasión desorbitada,
Erizas mi piel con tu aroma que arde en mis sentidos,
Te excito con mi virginal cuerpo,
Que en llamas calcinantes flota
Llenas con el agua deliciosa de tu ser
Cada parte de mi cuerpo;
Te desgarro lentamente con mis manos,
Hasta llenar tu alma
Y quemar con mi sudor, tu corazón
Que se desase con mi carne
Me embelezas con tus manos,
Cautivas de mí ser electrizada
Me tomas, me seduces, me hechizas entre tus brazos;
Que se ahogan en ese mar de fulgor y calidez absoluta,
Me entrego a ti en mi total
Desnudes con el alma emocionada,
Te entregas a mí en total plenitud de tus emociones.
En esa alcoba no hay nada oculto ni nada que sea pecado,
Me incitas a cada instante
Para cruzarte indagadora y salvaje,
Y poseer de ti el volcán irascible de tu ser irrefrenable,
Te domino con mis ojos de embrujo
De seducción arrebatados,
Poseído de mi cuerpo incauto y lascivo;
Me posees con boca de fuego arrebatada,
Y tomas de mí a tu antojo
el brebaje divino de mi sexo virginal;
Y hurgas en mi cuerpo con provocación incitante,
Y encuentras en el un paraíso de placeres seductores,
Y busco en tu ser vivificante de delicias inspiradoras,
Para en encontrar en el un olimpo de deleite fascinante.
Y nos sumergimos en el instinto del amor glorioso,
Para navegar en la sublime
conmoción de nuestros cuerpos,
Delicado, majestuoso en mí te siento dentro
Y te hago descubrir con embriaguez enamorada,
El misterio de mi sexo humedecido con el sudor quemante de tu carne,
Me deseas con ese aliento que me roba los gemidos;
Para beberme completamente y embriagarte de mi
Te deseo con ese soplo húmedo de tus suspiros,
Para beberte entero y emborracharme de ti.
En esa habitación la oscuridad
Es nuestra aliada irresistible,
Me sientes tuya hasta el crepúsculo
De tu cuerpo enardecido,
Te siento mío hasta la aurora de mi carne
Y mi sexo, desmayados,
Me fundo con tu carne
Y me hago parte de tu sexualidad
Que extasía, me arrebata,
Y me enajena en el calor y el rocío,
De mi propias emociones agitadas
de tu palpitante sexo salpicado,
Por las gotas naturales de mi ser mojado
en ese licor de sensual sabor
Que te seduce y te transporta al cielo extasiado.
Nos recorremos sin descanso
entre silencios que arrebatan quejidos,
Nos amamos sin fatiga entre caricias
Y susurrantes palabras que vibran en los oídos,
Me tomas y viajas por mi sexualidad llenadote de mi calcinante aroma;
Me llevas a la gloria de la hipnosis del amor silente
Que no necesita de las palabras para ser intuido;
Nos pertenecemos ya somos uno en amor,
Pasión y dulzura ilimitadas
Entregados aquella lujuria de orgasmo
Eterno benevolente y virtuoso,
Que nos traspasa las entrañas de sensualidad provocativa,
Con los deseos delirantes de nuestros cuerpos jadeantes.
La vela que acompaña nuestro viaje,
de devoción y sexualidad idolatrada
Se derrite por el fuego y el vapor
de nuestro corazón enloquecido,
La oscuridad nos acompaña y nos penetra en cada poro
Con esa luz de luna que nos lleva al cielo más divino;
En esa habitación el tiempo ya no es tiempo, las horas son eternas
Sofocados por los placeres de nuestro sexo palpitante,
Fundidos en un sola pasión irrefrenable y agitada,
Bajo la luz virginal de un sol flamante y pleno de ternura,
Nos envuelve en ese calor de amor y de dulzura.
Para convertir esos momentos en un eterno idilio cortesano;
Deleite del amor inmaculado,
Frenesí del silente suspiro en el corazón apasionado
Sueño y fantasía, verdad y algarabía,
Viaje y afán de la voluntad idealizada;
Ensueño y sed de dos seres
Que se evocan, Se susurran, se enajenan
Y se aman.