
empapa mi alma, se nutre de mi piel
suavemente, pausadamente, sin prisas…
Como quien extingue sus ojos desmayados.
Aromas trasciende mi cuerpo para ti,
aromas de sándalo, rosas, y olivos
convergiendo vertiginosamente en
tus sentidos, horas, piel.
En cada instante donde tus recuerdos
poseo sin permiso, silenciosamente,
omitiéndolo todo, transgrediéndolo todo.
Interrogas tu vehemencia, te preguntas
de donde proviene tu fuerza inherente
a mis deseos, al sentimiento lujurioso que nos ata.
Al camino tortuoso que nos inmortaliza.
No interrogues a tu alma, por que está perdida,
solo es un deseo absurdo de macho cabrío
marcando un terreno donado en la bruma,
que no es tuyo, solo es el fruto de un desfalco impío.
La tierra es la cuna de todos tus sentidos,
es la fosa abierta esperando golosa
por el esqueleto de tu naturaleza…
Fingiendo arrullarte, te espera despierta
ahogando tus ansias que nacieron muertas.