En un instante, te miro y me miras…
Suelta tu mirada, toda su ternura.
Mientras te beso, tu alma suspira,
entre el silencio de la noche madura.
Me hablas susurrando, tiernamente al oído,
bellas palabras que agrandan el sentimiento.
Me doy cuenta del milagro de estar vivo,
nutriendo con mis besos tu cuerpo sediento.
Caricias que se elevan como un sol.
Surgiendo de la nada entre el calor ardiente.
Fulgor que irradia la luz de nuestro amor,
haciendo de un instante, sagrado y para siempre.
Entrégame tu alma y tu desnudez.
Que te daré de mi primavera, todas mis flores.
Caerá tu ropa junto con la timidez,
como gotas del rocío de mis pasiones.
Enciende la magia que hay en mi vida,
quiero consumirme en las llamas de tu piel.
La luna nos observa callada y sorprendida,
entre tanta ternura de incendios de miel.
Fundiremos nuestros cuerpos en los sudores.
Gemidos que al viento se pierden y vuelven,
para quedarse en el recuerdo de nuestros corazones,
y borrar los momentos que más nos duelen.
Temprano llego la mañana en un instante…
Te miro y me miras, con los ojos desvelados.
Es demasiado corta la noche para amarte,
y tan poca la vida para estar enamorados.
"No solamente es sensual tu poesía
sino que describe con ternura los detalles de un encuentro...
Tampoco se como escribir en este estilo
y creo que el mío se parece mucho al tuyo...
tal vez por eso siempre me detengo en tí..."
Me quedo con esto:
"Es demasiada corta la noche para amarte,
y tan poca la vida para estar enamorados..."
Y te regalo esta otra:
"La noche se hace eterna entre tus brazos
y llevo la ternura de tus roces...
El tiempo no culmina nuestro encuentro,
porque vives en mi... tatuado en mis adentros..."
Con cariño... a ti... mi tentación.