
Un resplandor en las pupilas detecta tu asombro,
la ligera abertura de tu boca que llega en silencio,
no sin sosiego me rozas el pelo suelto con tu aliento,
y el empuje se suma a una violentísima entrega
El beso prolongado, casi sin aire, laxa la piel,
asignatura pendiente del abrazo con renovada fuerza,
indagándome el cuerpo con pasión y manos expertas,
y la felicidad desvestida a solas, cerca de tus órbitas.
Los primeros jadeos con olor a río y acelerados latidos,
son ráfagas de tiempo aferradas al grifo de tu alma,
y sobre el Túnel del Amor en las lomas de los sueños,
bebo la savia sobre las fauces de tu espejo y mis senos.
El susurro de tu voz envolvente y tu piel morena,
en vibraciones se astilla y por ángulos se desplaza,
mercader del amor en la diatriba de cuerpos desnudos,
intenso hallazgo que se escabulle en el atajo del suspiro.
Los pensamientos se atropellan en la mente,
y van más allá del todo, más allá de lo absurdo,
alimento entre tus dedos que ágiles se mueven,
como las cuerdas de una guitarra y te dejo hacer,
adoptando el ritmo a los sinuosos movimientos,
y el hechizo que nos invade se moldea con arcilla…
de momentos.
BRISEIS (ANNIE)