
Fuiste Mía en mil noches sin luna,
cuando Venus se abría como una hendidura grana
en el casco de Marte,
y nosotros rotábamos como gira-soles en llamas
sobre una nube de hidrógeno.
Tú y yo,
dos cuerpos celestes un(c)idos a la rueda de Ixión,
una bestia de dos espaldas y mil lenguas de fuego
gravitando como Deimos y Fobos
sin miedo en las órbitas
y eclipsando de besos el Sol.
En la supernova de astro-labios,
sembré de estrellas tu vientre sahumado
y deshojé pleonasmos en la margarita de tu boca
con ojos cauterizados por la radiación solar,
esparciendo una pléyade de pétalos por tu campo electromagnético
y floreciendo en tu núcleo como una sonda espacial,
atomizados por el rocío de la aurora.
Fuimos materia oscura en la pirotecnia del universo,
lluvia de meteoros
y halo en el vórtice de Orión.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.