
Dame el escenario y sube el telón,
deja que mi tacón marque los pasos
donde caiga derrotado sin intención
el armazón de tus instintos excitados.
Que sea la música de tus adentros
la que caldee el viento que me desnuda,
y suelta una a una con movimientos lentos
las correas del deseo que nos anuda.
Siente mi erotismo como danza
bajo las sábanas de tu piel en celo,
nuérdeme el cuello lleno de larvas
para que expandan en tí mi fuego.
Cúbreme con la lava de tus ojos,
erupciona en trompo sobre mi figura,
despide las lunas que amanezcan pronto
que hoy estamos solos, con nuestra locura.
Esencia