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El niño triste (1ª parte)
Publicado: Mié Ene 30, 2013 07:10
por Francisco Javier Silva
El niño triste (1ª parte)

La muerte se lo llevó una tarde. Murió como lo hacen todos los niños
tristes: sin preguntar por qué, sin sábanas blancas, sin juguetes,
sin canciones. Ahora duerme bajo el cielo, tan presente en la tierra
donde una vaga sombra trae el recuerdo sobre el que discurren viejas
voces y andan viejos pasos. Ya no existe la casa en la que vivió,
distante de todos, de la iglesia, de la escuela, de la gente. Las
siluetas de la vida traspasan el tiempo, y las imágenes se desvelan.
El niño triste era la pálida luz de un niño, flaco y de piernas
largas que terminaban en unos pies anchos. Su rostro era grotesco,
falto de expresión, y sus ojos desmesuradamente abiertos. Nadie se
extrañaba al contemplarlo así, consumido, repulsivo. Todos se habían
acostumbrado a su presencia. Le vieron nacer y crecer como una flor
más, como un árbol más. Los perros no le ladraban, los viejos le
miraban en silencio y le veían como una equivocación de la vida; los
niños, los otros niños, se reían de él. El niño triste se acercaba
todas las tardes al pequeño arroyo. Algunas veces, sus ojos se
posaban en la parte próxima de la corriente y luego iban alejándose
poco a poco, buscando un punto lejano del horizonte. En otras
ocasiones, recogía piedrecillas del suelo que después arrojaba al
agua entre salpicaduras de espuma blanca. Era su mejor juego, ver
como se hundían y como montones de burbujas se desprendían de la
profundidad, cobrando impulso, unas tras otras, para llegar a la
superficie. Allí se arrumbaba casi feliz, derritiendo su corazón
sobre el agua, día tras día.
Pero uno de ellos fue diferente. Un día, a la hora en que a la tarde
le surgen alas, cuando el sol moribundo sangra en el cielo y en todas
partes flota lo misterioso, en ese instante donde todo es sueño y
rumor de cuento, de la remota lejanía brotó una figura que avanzaba
hacia él. El niño triste no sabía cuánto tiempo llevaba observando
aquella presencia distante, aunque sí tenía conciencia de que no era
nadie conocido.
Cuando llegó a su altura, el niño triste miró el tono claro y alegre
de las pupilas del Caminante y musitó interrogando:
- ¿Quién eres tú?
- Un amigo -respondió el Caminante.
Aquellas palabras tuvieron la virtud de avivar una luz que se
oscurecía en el interior del niño triste.
- ¿Es cierto? -preguntó, mientras se esforzaba por comprender el
auténtico significado de aquellas palabras.
- Sí, soy aquello que tú quieras ver en mí, aquél que ríe mil veces
todas tus risas, esconde tus secretos y luego te los cuenta y
descubre, aquél que llena tus estaciones abandonadas, que te hace
gritar y andar a través de los ruidos, aquél que llora cuando tú
lloras, te da calor sin quemaduras y te abre el corazón con su varita
mágica.
- ¿Eres un mago? -dijo entonces el niño triste.
- Algo así -contestó el Caminante - algo así.
- Entonces, ¿puedes hacer que deje de ser un niño triste?
- Sí, si ése es tu deseo, tu esperanza. Fuera está el mundo esperando
que salgas de tu propia cárcel, ve a él y serás como los demás.
En esa hora en que a la tarde le surgen alas, cuando el sol moribundo
sangra en el cielo y en todas partes flota lo misterioso, en ese
instante donde todo es sueño y rumor de cuento, el niño triste salió
de su cuarto oscuro. Tenía prisa, prisa por vivir.
En sus primeros pasos captó la brillantez del cielo, su inmarcesible
altura, y experimentó un repentino alivio. El niño triste miró con
asombro el patio donde jugaban otros niños. Por su mente infantil se
acomodaron ideas de juegos. Se acercó a ellos.

Autor Copyright © francisco javier silva – El niño triste
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Re: El niño triste (1ª parte)
Publicado: Mié Ene 30, 2013 11:40
por Sanctus Nebula
Yo también tengo un niño triste dentro de mi,
creo que es donde guardo todos mis recuerdos nostálgicos
y donde la bruma es dueña...
pero también tengo un caminante en mi vida
¡Dios! que con su varita magica
me enseña el camino de risas.
Muy hermoso tu relato Francisco...esperaré el siguiente!
Re: El niño triste (1ª parte)
Publicado: Jue Ene 31, 2013 09:22
por Esmeralda
FRANCISCO JAVIER, qué bello relato nos ha compartido tu talentosa pluma.
Ese niño triste del cual creo que todos tenemos algo en nuestro interior, a la espera de poder dejarlo
atrás y salir al encuentro de tolo lo bello que la vida nos ofrece y puede darnos.
Dejar atrás nuestros miedos que no nos permiten ser felices y olvidar todo lo malo que pudimos en
algun momento haber vivido.
Me encantó tu aporte, escribes muy bien,felicidades.
Te dejo mi huella y mi saludo desde la distancia.
Re: El niño triste (1ª parte)
Publicado: Dom Feb 03, 2013 08:39
por Francisco Javier Silva
Sanctus Nebula escribió:Yo también tengo un niño triste dentro de mi,
creo que es donde guardo todos mis recuerdos nostálgicos
y donde la bruma es dueña...
pero también tengo un caminante en mi vida
¡Dios! que con su varita magica
me enseña el camino de risas.
Muy hermoso tu relato Francisco...esperaré el siguiente!
Y un niño alegre, Sanctus, como reverso de luz a ese niño triste que solo los demás nos hacen ver en nuestro interior.
Abrazos,
francisco javier silva
Re: El niño triste (1ª parte)
Publicado: Dom Feb 03, 2013 08:47
por Francisco Javier Silva
Esmeralda escribió:FRANCISCO JAVIER, qué bello relato nos ha compartido tu talentosa pluma.
Ese niño triste del cual creo que todos tenemos algo en nuestro interior, a la espera de poder dejarlo
atrás y salir al encuentro de tolo lo bello que la vida nos ofrece y puede darnos.
Dejar atrás nuestros miedos que no nos permiten ser felices y olvidar todo lo malo que pudimos en
algun momento haber vivido.
Me encantó tu aporte, escribes muy bien,felicidades.
Te dejo mi huella y mi saludo desde la distancia.
Muy acertados tus comentarios, Esmeralda. Los agradezco de corazón y me alegro de tu paso.
Abrazos,
francisco javier silva