El andén...
Publicado: Mié May 02, 2012 23:11
Hacia un día estupendo, soleado, azul, primaveral. Llevábamos días con unas extrañas temperaturas, con lluvias, granizo y en ocasiones asomaba tímido el sol. El cambio climático!!
Caminaba hacia la estación y me tuve que sacar la cazadora tejana, mientras mis fosas nasales se llenaban de primavera con los consiguientes estornudos provocados por los árboles que adornaban el paseo.
A lo lejos divisaba la estación del tren, había quedado a comer con unas amigas y vaya, el día era perfecto!
Saqué mi billete en una de esas modernas máquinas, que hasta con tarjeta puedes pagar. Casi siempre lo compraba en taquilla, pero no veía a la chica por ninguna parte. Había algo que me resultaba extraño en todo pero no le di importancia o más bien no sabía que era. Subí los escalones en dos zancadas y llegué al andén dónde mi tren no tardaría en llegar.
Me apoyé en la barandilla para observar desde allí el pueblo, el paseo por donde había venido, y el paseo paralelo a la estación. Qué extraño, no había nadie, nadie!
El andén también estaba solitario, incluso el otro que iba en dirección contraria. Bueno, es festivo, la gente suele dormir más…
Una vibración en la barandilla me dio a entender que venía el tren, pero no era así, incluso miré mi móvil por si era una llamada y había vibrado, pero tampoco. Saqué un cigarrillo, sé que no se puede fumar, pero lo hice y aspire hasta que el tren hizo su entrada a la estación. Abrí la puerta mediante ese botón verde que tarda en encenderse para darte paso y subí al tren. El vagón estaba completamente vacío, ni un alma, ni un ruido y el “pipipi” agudo del aviso de cierre de puertas se metió en mis oídos como un puñal.
Me senté, solo me quedaban dos estaciones para bajarme, espero que suba más gente. Llegamos a la siguiente estación previo aviso de esa voz femenina, metálica y hoy más fría que nunca, que te indica el nombre de la próxima estación.
Es increíble, a través de la ventanilla iba viendo pasar la estación y no había nadie. El tren se paró, y las puertas del vagón no se abrieron. Nadie estaba subiendo, nadie había…y me invadió una terrible sensación…me levanté para pulsar el botón de la puerta pero llegué tarde, el tren había arrancado. Puse mis manos sobre la ventana de la puerta para ver mejor, el sol no me dejaba ver bien, y lo mismo….ni un alma, ni un coche, nada.
No sabía que estaba pasando, me decía: “tienes que dejar de ver películas de misterio y libros de suspense” porque ahora lo estaba trasladando a mi realidad.
Vuelta la voz femenina y metálica: Próxima parada, Barcelona el Clot-Aragón. Era la míaaaa, me acerqué a la puerta, y os juro que me habría tirado en marcha, estaba asustada o mejor dicho y con perdón “acojonada”.
El tren paró, mientras yo estaba observando que la estación estaba también vacía, apretaba el botón una y otra vez, me desesperaba que no se pusiera en verde, quería salir de allí cuanto antes.
Al final me dio permiso la maldita luz verde y las puertas se abrieron. Miré hacia un lado, hacia otro y nada!! Corrí desesperada por el andén, la estación de Barcelona-Clot es subterránea tenía que acceder por unas largas escaleras a la planta superior para enlazar con el otro tren que me llevara hacia mis amigas, pero no pensaba coger otro, solo quería salir de allí…
Subí corriendo, desesperada sin mirar hacia atrás. Llegué a la salida, obligándome a pasar el billete por esa máquina que sólo abre puertas si lo llevas, lo meto, lo lee, tarda, lo saca y uff se abren las puertas…. Salgo disparada y me da igual que el billete se quede allí, quiero salir de allí!!!
Subo otras escaleras que me llevan a la calle, veo la claridad del día, el sol más luminoso que nunca y al llegar arriba del todo me invade otra sensación. Pero esta vez es de paz, de armonía, de amor….allí estabas tú Diosa de mis sueños, Diosa del amor que recorre mis entrañas, Diosa de mis miedos, en definitiva el amor de mi vida.
Tu sonrisa iluminó tanto mi espacio que perdí el miedo y supe que como tú en mi vida, no hay nadie!!
©Conxi