El estanque.....
Publicado: Lun Nov 14, 2011 09:42
Esas viejas maderas desgastadas por el sol, los años y las pisadas, parecían no ser muy seguras. Era el viejo embarcadero del estanque. Aún así lo que importaba era que los cimientos estuvieran en buenas condiciones, lo demás se podría arreglar con nuevos tablones.
Todo en la vida ha de tener buenos cimientos. Es básico para subir un edificio por ejemplo, para construir un puente, incluso el amor necesita de buenos cimientos, o no sería amor.
Me acerqué al aserradero del pueblo, no distaba mucho de mi casa en el estanque. Una vieja casa pero de buenos cimientos, como mi madurez.
Empecé por desclavar esos viejos tablones y a la vez poniendo los nuevos, comprobando a base de saltos que no caería abajo.
Se respiraba paz.
Las aguas son tan tranquilas, apenas un salto de algún pez dibujaba círculos que se acercaban hasta mi y que yo desdibujada tan solo con un dedo.
La verdad es que ese embarcadero no lo necesitaba para nada. No tenía barca, ni tan siquiera una caña de pescar con la que pasar horas leyendo hasta escuchar esa campanilla que indica que algo ha picado. Pero era como adentrarme en sus aguas, como robarle al estanque un trozo de sí mismo para estar más cerca de él.
Soy una mujer de ciudad. Llevo un piercing en la ceja derecha y todavía no sé por qué.
Supongo que me dejé llevar por la moda, a veces lo hago.
Mis tejanos son mis grandes compañeros y una vida que corre sin dar apenas respiro a nada me acompaña, bueno, me acompañaba, porque había decidido huir de la urbe para adentrarme a un mundo desconocido para mí, lejos del mundanal ruido.
No sé si sería capaz de vivir así, pero no me quedaría con las ganas de averiguarlo y allí estaba para ello.
Los sonidos de la noche me estaban enseñando a jugar a ¿qué es? En la ciudad es fácil, el ruido de las motos, los coches, los niños, los vecinos y los pájaros enjaulados que lloran su pena cantando. Aquí estaba descubriendo que dentro del profundo silencio, había paréntesis que me indicaban que había vida.
Nunca había escuchado a los búhos, bueno, en los grandes documentales sí, pero jamás ser protagonista en sus noches de sus grandes ojos y de su quietud. Ese fue mi primer nuevo sonido y le siguieron cientos de ellos, la naturaleza era rica en vida y sonidos. Pero no los ha creado el hombre, esos molestan, estos eran bellos cantos.
Una semana, dos, y allí seguía día a día aprendiendo a vivir solo conmigo. Más de una vez sentada en el embarcadero, como espejo el agua, iniciaba conversaciones que para cualquiera podrían no tener sentido, pero que a mí me enriquecían como persona y me hacia crecer.
Hermoso poder el de la naturaleza sin desvirgar por la mano del hombre.
De todas formas me daba cuenta que contra más crecía como persona, más ganas tenía de crear cosas, no sé, esculturas de madera, etc...La naturaleza ponía en mis manos cosas que alimentaban mi imaginación para cada día poder crear algo nuevo, hermoso y que me llenaba de satisfacción, hasta que necesité enseñárselo a los demás.
Unos pintan, otros esculpen, algunos cantan y yo escribo haciendo de las letras esculturas de mi vida.
El estanque…….el espejo que necesitaba para verme reflejada y conocerme más….
©Conxi
Todo en la vida ha de tener buenos cimientos. Es básico para subir un edificio por ejemplo, para construir un puente, incluso el amor necesita de buenos cimientos, o no sería amor.
Me acerqué al aserradero del pueblo, no distaba mucho de mi casa en el estanque. Una vieja casa pero de buenos cimientos, como mi madurez.
Empecé por desclavar esos viejos tablones y a la vez poniendo los nuevos, comprobando a base de saltos que no caería abajo.
Se respiraba paz.
Las aguas son tan tranquilas, apenas un salto de algún pez dibujaba círculos que se acercaban hasta mi y que yo desdibujada tan solo con un dedo.
La verdad es que ese embarcadero no lo necesitaba para nada. No tenía barca, ni tan siquiera una caña de pescar con la que pasar horas leyendo hasta escuchar esa campanilla que indica que algo ha picado. Pero era como adentrarme en sus aguas, como robarle al estanque un trozo de sí mismo para estar más cerca de él.
Soy una mujer de ciudad. Llevo un piercing en la ceja derecha y todavía no sé por qué.
Supongo que me dejé llevar por la moda, a veces lo hago.
Mis tejanos son mis grandes compañeros y una vida que corre sin dar apenas respiro a nada me acompaña, bueno, me acompañaba, porque había decidido huir de la urbe para adentrarme a un mundo desconocido para mí, lejos del mundanal ruido.
No sé si sería capaz de vivir así, pero no me quedaría con las ganas de averiguarlo y allí estaba para ello.
Los sonidos de la noche me estaban enseñando a jugar a ¿qué es? En la ciudad es fácil, el ruido de las motos, los coches, los niños, los vecinos y los pájaros enjaulados que lloran su pena cantando. Aquí estaba descubriendo que dentro del profundo silencio, había paréntesis que me indicaban que había vida.
Nunca había escuchado a los búhos, bueno, en los grandes documentales sí, pero jamás ser protagonista en sus noches de sus grandes ojos y de su quietud. Ese fue mi primer nuevo sonido y le siguieron cientos de ellos, la naturaleza era rica en vida y sonidos. Pero no los ha creado el hombre, esos molestan, estos eran bellos cantos.
Una semana, dos, y allí seguía día a día aprendiendo a vivir solo conmigo. Más de una vez sentada en el embarcadero, como espejo el agua, iniciaba conversaciones que para cualquiera podrían no tener sentido, pero que a mí me enriquecían como persona y me hacia crecer.
Hermoso poder el de la naturaleza sin desvirgar por la mano del hombre.
De todas formas me daba cuenta que contra más crecía como persona, más ganas tenía de crear cosas, no sé, esculturas de madera, etc...La naturaleza ponía en mis manos cosas que alimentaban mi imaginación para cada día poder crear algo nuevo, hermoso y que me llenaba de satisfacción, hasta que necesité enseñárselo a los demás.
Unos pintan, otros esculpen, algunos cantan y yo escribo haciendo de las letras esculturas de mi vida.
El estanque…….el espejo que necesitaba para verme reflejada y conocerme más….
©Conxi