Dónde está mi brazo?
Publicado: Lun Nov 07, 2011 22:38
Un fuerte dolor me despertó a las 4 de la mañana. No podía cerrar ni el puño, me notaba la hinchazón en toda la articulación. No sabía cómo colocar el brazo para dormir. En realidad todas las noches era lo mismo, pero esta noche el dolor era más agudo de lo normal.
Al principio, cuando comenzó el dolor, de eso hace seis meses, solamente en los giros cuando duermes me dolía. Hoy me es casi imposible estar tumbada y que no me duela.
Los quehaceres diarios de la casa son un suplicio, pero me obligo. No puedo dejar que me venza un tendón roto, pero me limita tanto!!!
Cada vez ha ido a más. No puedo peinarme con ese brazo, no puedo tender la ropa, no puedo doblarla. Mi armario parece un cuadro de Picasso.
Decidí tomar el diazepan a las cuatro. No quiero tomármelo. No quiero llenarme de medicamentos. Llevo así seis meses y la única y clara solución es operar ese tendón, pero entre los recortes y listas de espera el brazo ha perdido su masa muscular, haciendo de él una rara extremidad que nada tiene que ver con la otra. Mis dedos han adelgazado también y aunque no me impide escribir en el ordenador, apoyo el codo en la mesa, no deja de cargarme el hombro.
Espero una llamada del médico de rehabilitación, que ya me hizo un estudio del problema, pero hay tanta gente a la espera que soy ese número que algún día llegará a su destino.
Mientras, mi brazo pierde masa que me costará más recuperar.
Mi doctora sonría cuando le digo que no quiero medicamentos, que quiero que me operen y me dice que aún dé gracias que me van visitando los médicos. Que las cosas irán a peor.
Los médicos de cabecera o familiares, poca cosa pueden hacer ante la decisión de los especialistas o de los recortes en sanidad.
Este brazo seguirá, mientras pueda, tecleando letras que llenen mi blog. Letras de amor, de desamor, de protesta, de rabia e impotencia esperando a que como en la lotería de Navidad salga mi número, aquel que me lleve a quirófano y cosan un tendón que grita de dolor.
©Conxi
Al principio, cuando comenzó el dolor, de eso hace seis meses, solamente en los giros cuando duermes me dolía. Hoy me es casi imposible estar tumbada y que no me duela.
Los quehaceres diarios de la casa son un suplicio, pero me obligo. No puedo dejar que me venza un tendón roto, pero me limita tanto!!!
Cada vez ha ido a más. No puedo peinarme con ese brazo, no puedo tender la ropa, no puedo doblarla. Mi armario parece un cuadro de Picasso.
Decidí tomar el diazepan a las cuatro. No quiero tomármelo. No quiero llenarme de medicamentos. Llevo así seis meses y la única y clara solución es operar ese tendón, pero entre los recortes y listas de espera el brazo ha perdido su masa muscular, haciendo de él una rara extremidad que nada tiene que ver con la otra. Mis dedos han adelgazado también y aunque no me impide escribir en el ordenador, apoyo el codo en la mesa, no deja de cargarme el hombro.
Espero una llamada del médico de rehabilitación, que ya me hizo un estudio del problema, pero hay tanta gente a la espera que soy ese número que algún día llegará a su destino.
Mientras, mi brazo pierde masa que me costará más recuperar.
Mi doctora sonría cuando le digo que no quiero medicamentos, que quiero que me operen y me dice que aún dé gracias que me van visitando los médicos. Que las cosas irán a peor.
Los médicos de cabecera o familiares, poca cosa pueden hacer ante la decisión de los especialistas o de los recortes en sanidad.
Este brazo seguirá, mientras pueda, tecleando letras que llenen mi blog. Letras de amor, de desamor, de protesta, de rabia e impotencia esperando a que como en la lotería de Navidad salga mi número, aquel que me lleve a quirófano y cosan un tendón que grita de dolor.
©Conxi