Foro de poesía

Aun lo recuerdo como si fuera hoy,en cada momento, donde quiera que voy;
su sonrisa, sus ojos tristes pero brillantes,su mirada fija queriéndome hablar por sí misma,
su cabello y su frágil corazón. Su voz tierna y sus palabras.
Aquellas que nunca nadie se atreve a pronunciar porque para ello es necesario abrir el corazón
y derramarlo en humildad. Estaba su fiel semblante, ausente en mi vida.
Era como si extendiese ocultamente su mano y me invitace a volar junto a él en ese momento preciso.
Pero luego se fue, lo ameritaba el tiempo, era una obligación que venía con las palabras.
Sin embargo nunca olvidaré la huella que dejamos en la arena de aquella playa.

Pensé que jamás volvería a verlo pero un día lo vi. A él siempre le había visto, pero esta vez lo descubrí.
Me fijé un poco más, vi su rostro.
Era alegre, humilde, bondadoso, no había momento que su mano no se extendiese a audar.
Estaba segura, era él. Mis ojos brillaban y mis labios pronunciaban una sonrisa tierna.
Junto a él podía estar segura aunque estuviera distanciada
pues su sonrisa, aunque no me fuera dirigida a mi, era un respiro, un placer.
Aun lo veo y me alegro, pero en momentos dados se desvanece y no lo veo.
Me ha hablado en sueños pero me niego a creer porque el falso engañador jugó mientras dormía
y ahora se me hace difícil creer lo que sueño. Es un sueño que desaparece y re aparece, viene en sueños y va.

Hoy estuve en un mundo especialdonde las alabanzas y las melodías, lenguajes del corazón,
son lo único que se puede articular, Pues no se consigue hablar sino con el canto,
con la música, con la adoración.Entonces, le vi.
Pasé por su lado mientras caminábamos al lugar de reunión,
por ese instante donde estábase el silencio reinando,
en ese segundo donde nuestros ojos se encontraron,
no alcanzé a notar que era él que desde aquéllos ojos desconocidos me miraban.
Luego, nos adentramos en las profundidades del alma, allí los corazones se entendían.
Los oídos de mi corazón escucharon, era la melodía entre cuerdas, cuerdas de guitarra que acariciaban sus bellas manos.
Era aquello como un encantamiento, sentía mi corazón como se iba bailando con el viento y yo no podía detenerle.
Eran sus sentimientos, era él hablando a mi alma, otra vez de forma distinta;
y pude mirarlo casi sin poder por la fuerza que ejercia en mi aquélla sinfonía.
Ese fue el momento en que mirándome fijamente, me sonrió. Nunca olvidaré su sonrisa.
Era atraída, acercada a él, más y más y más, sus manos me jalaban con las cuerdas de aquélla guitarra.
No desistí más y llegué hasta donde se encontraba él, y lo miraba y cantaba junto a su guitarra.
Lo más hermoso fue escuchar su voz, cuando confundía las letras de aquélla canción,
simplemente me decía con una sonrisa en sus labios: ''no importa, esta bien, continúa''.

Así como en las otras ocasiones, llegó el momento en que aquel hermoso mundo desapareció.
Las canciones cesaron, la música paró, las lágrimas se detuvieron,
y cada uno de los que allí estaban, volvían a su realidad.
Yo no quería, saber que después de tan grave acercamiento, saber que ya una vez me había despedido... no quería eso.
Pero como su alma se había acallado, no habían palabras, no hubo despedida, y se marchó.
¿Qué habrá sentido su alma al haberse besado con la mía entre sinfonías y canciones?
¿Se acordará de mi existencia? Le he buscado y le he encontrado, pero será él realmente o
ya se ha marchado para mirarme de lejos a través de otros ojos.
Es él, el amor, aquel que me complementa, ese que de lejos me ama por no ser el tiempo de nuestra unión.
Pero llegará y otra vez le veré y será para permanecer junto a él para siempre.