Akhua, avatar oscura que conociste...
Publicado: Mié Jul 14, 2010 08:25
Akhua, avatar oscura que conociste cuando vivías en Lya Vhugh.
[¿Quién eres? Te he buscado,...]
[No lo recuerdas ahora, pero viviste ahí hace milenios Lya Vugh, estaba en un lugar de lo que ahora es Xochiacan, quizás está aún, o estará, porque el tiempo es sólo un instante que no acaba de girar nunca sobre sí mismo, una aldea muy pequeña que siempre estuvo lejos de la influencia de otras culturas. Por eso cuando tu vida actual se vuelve tan cotidiana, hueles recuerdos lejanos, y te da miedo abrirte a ellos, y por eso lo haces inconsciente.
Ahora no puedes impedirlo te has sumergido en un sueño atemporal.]
--Eso no es un vampiro... es algo peor- escuchas que murmuran con miedo los más ancianos del pueblo, aquellos que siempre respetaste por su sabiduría cuando aún eras niño, se ha salido de las grutas maldecidas del bosque, anda investigando algo ...musitan las ancianas del pueblo, eso no es normal, hace siglos que no salía ninguno de esos seres de la dimensión que le corresponde habitar, debemos hacerla retornar, ...
Entonces la ves ahí, con la mano derecha sujetando la muñeca de su mano izquierda a la altura del ombligo, parada en una vereda con los pies ligeramente separados y la mirada baja, cerca de lo que ahora es el campo de futbol, en donde ahora hay un capulín al que lo han golpeado decenas de rayos en las tormentas de verano, donde también hay otro capulín que da una sombra muy oscura aún cuando sea un día soleado, ahí la ves rodeada de médiums, de esos que en las ciudades todos insultaban y despreciaban, sacerdotes y símbolos de una religión en la que pocos creían.
Te ves en lo profundo del bosque, en medio de tu gente, tus vecinos, tus hermanos, tu familia, tus amigos, todos al unísono en medio de conjuros en lenguas extrañas, perdidas, milenarias.
Y ella.... con un vestido rojo, el cabello enmarañado, muy negro, una mirada tan triste, como de quién ha llorado mucho, una mirada perdida.
Todos los que participen en el conjuro del retorno deben llevar un zapato blanco de niña y un sombrero negro de mujer, eso lo han aconsejado los más iniciados, los otros deben permanecer en casa, orando para que todo salga bien, liderados por las niñas dueñas de los zapatos y las mujeres dueñas de los sombreros.
No lo recuerdas actualmente pero en el sueño, en el trance en que te has sumergido ahora, tú pareces tener algunos conocimientos de vampiros, fantasmas, entes paranormales, o paradimensionales, porque la gente que te ve llegar, te mira como un protector, como una luz, como alguien que representa un antídoto, o que posee conocimientos, o que cuando menos representará una gran ayuda y ponen confianza en sus ojos.
Akhua permanece incólume, su largo vestido rojo no permite ver sus pies que dicen los ancianos, no tocan el suelo, Ahora todos la rodean, levantan sombreros negros y zapatos blancos de niña hacia ella, hacia esa mujer espeluznante, es como si un halo luminiscente le cegara los ojos, y en tanto más atrás unas mujeres espetan frases, conjuros cifrados que la hacen retroceder, cada palabra dicha es como el chirriar de la peor música, la hacen retorcerse, llevarse las manos a las sienes, y caminar hacia el bosque, hacia la gruta maldita de donde nunca debió salir.
Ahí estás tú también, te quedas quieto, sin respirar, la miras de reojo pasar a 50 centímetros de ti, quejándose horrendamente, rumbo a lo profundo del bosque oscuro que la espera como fauces, tienes mucho miedo ante su cercanía y repites de memoria los conjuros que has visto que la hacen retroceder al bosque, pero entonces.... no retrocede más, se da la vuelta, y te encara de frente, ante lo espantoso de su mirada, no sabes de donde te salen o de donde las aprendiste, pero dices unas palabras incomprensibles para ti, pero entonces... parecen comprensibles para ella.
Nadie del grupo esperaba tal cosa, algo está saliendo mal, se intensifican los rezos, los conjuros colectivos, usando los zapatos blancos y los sombreros negros como armas, íconos protectores, amuletos, tú ahora buscas protección detrás de todos, abrumado por la reciente experiencia anormal dejas la responsabilidad a los demás, respiras exhausto, no comprendes, ellos se esfuerzan mucho pues la puerta de regreso a sus dominios oscuros ya está a pocos metros, hasta allá la han empujado, una gruta en medio del bosque, entonces recuperas la confianza, te adelantas, valiente como un líder como siempre lo haces cuando se trata de tu gente, rezando esas extrañas oraciones que la hacen retroceder, ...más de repente a pocos metros de la gruta a donde la has empujado con ayuda de los demás, los conjuros dejaron de hacer efecto, la profunda y misteriosa mujer se quedó quieta sin dar un paso más, mirando a todos, como si de pronto hubiese descubierto algo que superase su aversión a nuestros rezos. Hasta ese momento no había dicho palabra alguna, o al menos no una frase comprensible, pero entonces y ante el asombro de todos dice:
¿Quién eres? Te he buscado,... tú te quedas petrificado porque aunque se dirige a todo el grupo, tú escuchas su voz adentro de tu cabeza, con potencia , adentro de todo tu cuerpo, adentro de tus huesos,...esas cinco palabras más bien fueron pronunciadas y te sonaron a ti como si hubiese dicho: --¿Dónde estabas? ¿Por qué has tardado tanto?--, Se supone que las frases que le dices la harán retorcerse y huir, tienes un hermoso zapato blanco de niña en tu bolsillo, pero ahora no puedes moverte, la ves acercarse a ti, ahora nadie hace nada para ayudarte, todos retrocedieron confusos cuando vieron que sus palabras y actos eran directamente contigo, sus manos transparentes, tétricas, se acercan lentamente a tu rostro, nadie te ayuda en ese tiempo lejano que alguna vez viviste, la visión es demasiado real y está alcanzando puntos extremos, nadie te ayudará en ese tiempo que viviste, pero entonces desde el tiempo en el que ahora vives algún ángel guardián toca lentamente tu rostro cuando el horror es ya superior a tus fuerzas y valor, y te vuelve a la vida, la realidad actual, alguien cerca de ti notó algo extraño en tus ojos, te ha preguntado si te pasa algo, siempre dirás que no, sabes que si lo cuentas nadie sabrá creerte.
Godofredo Oscós, 13 de julio de 2010,
[¿Quién eres? Te he buscado,...]
[No lo recuerdas ahora, pero viviste ahí hace milenios Lya Vugh, estaba en un lugar de lo que ahora es Xochiacan, quizás está aún, o estará, porque el tiempo es sólo un instante que no acaba de girar nunca sobre sí mismo, una aldea muy pequeña que siempre estuvo lejos de la influencia de otras culturas. Por eso cuando tu vida actual se vuelve tan cotidiana, hueles recuerdos lejanos, y te da miedo abrirte a ellos, y por eso lo haces inconsciente.
Ahora no puedes impedirlo te has sumergido en un sueño atemporal.]
--Eso no es un vampiro... es algo peor- escuchas que murmuran con miedo los más ancianos del pueblo, aquellos que siempre respetaste por su sabiduría cuando aún eras niño, se ha salido de las grutas maldecidas del bosque, anda investigando algo ...musitan las ancianas del pueblo, eso no es normal, hace siglos que no salía ninguno de esos seres de la dimensión que le corresponde habitar, debemos hacerla retornar, ...
Entonces la ves ahí, con la mano derecha sujetando la muñeca de su mano izquierda a la altura del ombligo, parada en una vereda con los pies ligeramente separados y la mirada baja, cerca de lo que ahora es el campo de futbol, en donde ahora hay un capulín al que lo han golpeado decenas de rayos en las tormentas de verano, donde también hay otro capulín que da una sombra muy oscura aún cuando sea un día soleado, ahí la ves rodeada de médiums, de esos que en las ciudades todos insultaban y despreciaban, sacerdotes y símbolos de una religión en la que pocos creían.
Te ves en lo profundo del bosque, en medio de tu gente, tus vecinos, tus hermanos, tu familia, tus amigos, todos al unísono en medio de conjuros en lenguas extrañas, perdidas, milenarias.
Y ella.... con un vestido rojo, el cabello enmarañado, muy negro, una mirada tan triste, como de quién ha llorado mucho, una mirada perdida.
Todos los que participen en el conjuro del retorno deben llevar un zapato blanco de niña y un sombrero negro de mujer, eso lo han aconsejado los más iniciados, los otros deben permanecer en casa, orando para que todo salga bien, liderados por las niñas dueñas de los zapatos y las mujeres dueñas de los sombreros.
No lo recuerdas actualmente pero en el sueño, en el trance en que te has sumergido ahora, tú pareces tener algunos conocimientos de vampiros, fantasmas, entes paranormales, o paradimensionales, porque la gente que te ve llegar, te mira como un protector, como una luz, como alguien que representa un antídoto, o que posee conocimientos, o que cuando menos representará una gran ayuda y ponen confianza en sus ojos.
Akhua permanece incólume, su largo vestido rojo no permite ver sus pies que dicen los ancianos, no tocan el suelo, Ahora todos la rodean, levantan sombreros negros y zapatos blancos de niña hacia ella, hacia esa mujer espeluznante, es como si un halo luminiscente le cegara los ojos, y en tanto más atrás unas mujeres espetan frases, conjuros cifrados que la hacen retroceder, cada palabra dicha es como el chirriar de la peor música, la hacen retorcerse, llevarse las manos a las sienes, y caminar hacia el bosque, hacia la gruta maldita de donde nunca debió salir.
Ahí estás tú también, te quedas quieto, sin respirar, la miras de reojo pasar a 50 centímetros de ti, quejándose horrendamente, rumbo a lo profundo del bosque oscuro que la espera como fauces, tienes mucho miedo ante su cercanía y repites de memoria los conjuros que has visto que la hacen retroceder al bosque, pero entonces.... no retrocede más, se da la vuelta, y te encara de frente, ante lo espantoso de su mirada, no sabes de donde te salen o de donde las aprendiste, pero dices unas palabras incomprensibles para ti, pero entonces... parecen comprensibles para ella.
Nadie del grupo esperaba tal cosa, algo está saliendo mal, se intensifican los rezos, los conjuros colectivos, usando los zapatos blancos y los sombreros negros como armas, íconos protectores, amuletos, tú ahora buscas protección detrás de todos, abrumado por la reciente experiencia anormal dejas la responsabilidad a los demás, respiras exhausto, no comprendes, ellos se esfuerzan mucho pues la puerta de regreso a sus dominios oscuros ya está a pocos metros, hasta allá la han empujado, una gruta en medio del bosque, entonces recuperas la confianza, te adelantas, valiente como un líder como siempre lo haces cuando se trata de tu gente, rezando esas extrañas oraciones que la hacen retroceder, ...más de repente a pocos metros de la gruta a donde la has empujado con ayuda de los demás, los conjuros dejaron de hacer efecto, la profunda y misteriosa mujer se quedó quieta sin dar un paso más, mirando a todos, como si de pronto hubiese descubierto algo que superase su aversión a nuestros rezos. Hasta ese momento no había dicho palabra alguna, o al menos no una frase comprensible, pero entonces y ante el asombro de todos dice:
¿Quién eres? Te he buscado,... tú te quedas petrificado porque aunque se dirige a todo el grupo, tú escuchas su voz adentro de tu cabeza, con potencia , adentro de todo tu cuerpo, adentro de tus huesos,...esas cinco palabras más bien fueron pronunciadas y te sonaron a ti como si hubiese dicho: --¿Dónde estabas? ¿Por qué has tardado tanto?--, Se supone que las frases que le dices la harán retorcerse y huir, tienes un hermoso zapato blanco de niña en tu bolsillo, pero ahora no puedes moverte, la ves acercarse a ti, ahora nadie hace nada para ayudarte, todos retrocedieron confusos cuando vieron que sus palabras y actos eran directamente contigo, sus manos transparentes, tétricas, se acercan lentamente a tu rostro, nadie te ayuda en ese tiempo lejano que alguna vez viviste, la visión es demasiado real y está alcanzando puntos extremos, nadie te ayudará en ese tiempo que viviste, pero entonces desde el tiempo en el que ahora vives algún ángel guardián toca lentamente tu rostro cuando el horror es ya superior a tus fuerzas y valor, y te vuelve a la vida, la realidad actual, alguien cerca de ti notó algo extraño en tus ojos, te ha preguntado si te pasa algo, siempre dirás que no, sabes que si lo cuentas nadie sabrá creerte.
Godofredo Oscós, 13 de julio de 2010,