Muriendo
Publicado: Vie Dic 04, 2009 05:26
Muriendo. Duele saber que tienes la cura y que te niegas a compartirla. Muriendo. Por un amor que nunca me ha pertenecido y al parecer nunca será mío.
Muriendo, consumiéndome por dentro. Asfixiando mis penas en el fatídico humo de este delicioso habano.
Muriendo al recordarte, al darme cuenta que creí en tus mentiras, que las convertí en mi realidad, que viví de ellas. Todo tiene sentido ahora, ahora que me hablas sin remordimiento, ahora que cada palabra que dices se convierte en una tortura para mi ya destrozado corazón. ¿Cómo es posible que te siga amando ahora que me doy cuenta que solo he sido un juego para ti?
Ahora se aclara esa duda que siempre presentí, esa duda que en las largas noches no me dejaba dormir, esa duda que se convierte en la más cruda realidad. ¿Por qué me niego a creerlo?
Pensé que lo nuestro sería eterno, pero no. Pensé que la gente hablaba por hablar. No quise darme cuenta, no quise escuchar… creí que te conocía, pero ahora, ahora que el dolor me ha permitido quitarme esa venda de los ojos, esa venda que amablemente colocaste, que me obligo a ser guiado por la maravillosa melodía de tus fascinantes mentiras…
Muriendo al saber que aún te amo y que, tal vez, siempre lo hare.
Muriendo, consumiéndome por dentro. Asfixiando mis penas en el fatídico humo de este delicioso habano.
Muriendo al recordarte, al darme cuenta que creí en tus mentiras, que las convertí en mi realidad, que viví de ellas. Todo tiene sentido ahora, ahora que me hablas sin remordimiento, ahora que cada palabra que dices se convierte en una tortura para mi ya destrozado corazón. ¿Cómo es posible que te siga amando ahora que me doy cuenta que solo he sido un juego para ti?
Ahora se aclara esa duda que siempre presentí, esa duda que en las largas noches no me dejaba dormir, esa duda que se convierte en la más cruda realidad. ¿Por qué me niego a creerlo?
Pensé que lo nuestro sería eterno, pero no. Pensé que la gente hablaba por hablar. No quise darme cuenta, no quise escuchar… creí que te conocía, pero ahora, ahora que el dolor me ha permitido quitarme esa venda de los ojos, esa venda que amablemente colocaste, que me obligo a ser guiado por la maravillosa melodía de tus fascinantes mentiras…
Muriendo al saber que aún te amo y que, tal vez, siempre lo hare.