Foro de poesía

El reloj. De muñeca, de péndulo, colgante...Pero definitivamente reloj.
El que me atormentó, paralelamente con el calendario, desde que me dijo "nos vemos pronto". El "tic tac" continuo se traducía sus palabras, como se escuchara su voz más allá de las agujas del minutero. Los miré la maor parte de los días, colgados en la pared como cuadro de exposición en mi casa de Buenos Aires. Fueron ellos quienes me avisaron cuando comenzaba este bache de mi vida, y los que dijeron cuando terminaba. Lo peor era que recién empezaba, o eso creí.
Veía como se movían las agujas, como pasaban de un número a otro, rodeando un centro geométricamente perfecto mientras me zambullía en la infinidad de sus cuentas lógicas, exactas, sin margen de error. Por un momento creí que no volvería, que ya habían pasado demasiados días. Pero después me di cuenta que yo no decía si debían ser muchos o pocos, sino ellos, que esperaban trabajadores la hora de la llegada.La soledad se hizo más fúnebre y fría cuando el digital cambió el nombre del mes. Lo miré atonitó y en ese momento supe que habia estado días enteros, sentado en una silla, sin inmutarme, tratando de adelantarlos con la mente (Como si fuera algo psíquico, magico). Dejaba los ojos fijos sobre los cristales que protegían sus superficies y no parpadeaban hasta que me dolían los ojos.
No ténia hambre . No comí por días, hasta que mi estçomago no pudo más y piíó a gritos desesperados algo comestible.
Me levante del asiento en donde estaba recostado(sin dejar de mirar a mis acompañanates) y me dirijí hacia la cocina, agarre un par de galletas de arriba de la mesada, mientras subía la mirada en sentido al gemelo del comedor, quien marcaba unos pocos minutos de mas, Saboreé la masacomo si fuese el único alimento probado en vida. Habia mas cosas, pero con eso me bastaba. Adeás, tenia que reservar por si faltaba mucho tiempo. no sabia con esaxtitud cuánto durra´lia este calvario, pero imaginaba que sería largo.
Volvçi al comedor y me cambie de lugar, ocupé el sillon de cuero rosado. Si iba a ser extenso, debía ponerme cómodo. Coloqué la cabeza en el apoya brazos izquierdo y mis ojos se cerraron instantaneamente. Sentía un sueño tremendo.
Yfue la primera vez que dormí desde que se marchó. Durante ese tiempo onírico, recorde nuestros momentos juntos: cuando fuimos a tomar un helado que ella se pidio de chocolate con almendras trituradas, las cuales le robaba con la cucharita plana; el cine, la película en que me dijo su primer "Te amo"; esa caminata por la calle la cual me dio la desagradable noticia, causa de mi delirante espera en soledad. Fue extraño, ya que tambien vino a mi mente la despedida en la puerta de mi casa, con todos sus detalles: estaba el dia lluvioso, ella vestida de negro, con campera de blue jeans, mirandome con sus ojos color miel (en realidad, eran marrones, pero yo los veía de otro color), que ocultaban tristeza, con cara de niña quincianiera y una sonrisa pintada en la cara. Nos miramos por unos segundos, Me acérque, pero se escapó. Me dió un abrazo y me dijo:- La próxima...nos vemos pronto- y la puerta se cerró.
Cuando deperté, me desesperé. Había perdido la cuanta. Miré los relojes tratndo de buscar ayuda...Pero encontré la respuesta. Las agujas estaban quietas, inmóviles, como si hubieran terminado su trabajo; se habían detenido, exaustas. -¿¿¿No puede ser!!!- grité como un loco psicópata- ¿¿¿No tengo tanta cantidad de pilas!!!.
Corri hacia los lugares donde podía llegar a encontrarla y el primero fue la cocina. Retiré las baterias del control remoto del televisor. Me paré en seco pensando. "La afeitadora funciona con ese tipo de energía" me dije y me dirigi al baño, hacía la maquina. Al pasar por delante del espejo, esyé reflejó mi estado; me miré con desprecio. Estaba destrozado. Me arreglé lo mejor y mas rapido que pude y regrese al comedor, con otro par de pequeñas pilitas. No alcanzaban, pero lograba completar dos de los cuatro relojes.
Estaba colocando los objetos en sus lugares correspondientes, cuando sono el timbre. Hacía siglos que no escuchaba ese sonido. Dejé el aparato sobre la mesa ratona y camine con lentitud hacia la entrada. Tomé el picaporte; estaba nervvioso, ancioso, asustado...
Giré y tire de el. La puerta se abrio y una muchacha apareció tras si,. Era ella, con su nueva cara de mujer crecida y sus mismps ojos color miel que me decian "¡¡¡volví!!!" Se tiró a mis brazos y nuestros labios se rozaron y allí me di cuenta que habían pasado tres años, que ya era tiempo de estar de vuelta.

Es un gusto leer tu escrito amiga mía,
te dejo mi cariño y mis saludos, me
gustó leerte, te cuidas siempre.
FELICIDADES, bellisimo tema.

Es muy cierto, el tiempo es el enemigo de los enamorados... cuando te encuentras con tu pareja pasa tan rápido...
y si estamos separados pasa tan desesperada y hasta perversamente lento...

Me ha gustado tu aporte.

Un abrazo.