-MUSA DE LA TARDE NOCHE-
¿Quién te envía? Inspiradora de la noche de mis noches.
Que tan alfarero me haces, del barro arcillado que amancillando esculpo vasijas y cantaros para saciar tu sed de justicia mundana.
¿Quién te envía lluvia diluviana? para ablandecer el barro del camino duro donde solo como mis manos te esculpo silueta de luz escarlata, y forma de extraordinaria belleza sajona inerte y suspendida a mi lado, y desbordante sentir te siento a mi lado día y noches en el transcurrir de los tiempos, comienzo el principio de una nueva esperanza.
Tierna e musa inspiradora de mis noches, pluma de anocheceres en tablas de arcilla te escribo de noche siempre de noche, metafísica aureola de metamorfosis presta tu sintaxis a mi ardor creador.
Y sintiéndome macho y varonil te paro en un parto, cuando parto el barro y troceo para crear cada parte de tu cuerpo, y yo te veo y nadie te ve gemir cuando te e formado figura.
Hábilmente me conduces secretamente por los martirios del camino difícil de mi convicción de artista de las artes diversas.
Un mártir como tantos yo me cuento, imaginación e imágenes proyectadas y te veo musa te siento mi musa, te huelo y te toco pero siempre en mis sueños.
Y me siento criatura fascinada aunque ya con canas y tú siempre joven y extravagante musa de mis adentros, que inspira todo, todo lo que toco y veo.
Y estas conmigo desde que abrí mis ojos al mundo, ya en mi cuna de maderas nobles que labro y tallo mi padre, desde ay ya sentía tu presencia musa mía naciste al mismo tiempo en el mismo parto de mi madre Antonia la que ya no esta aunque la siento siempre a mi vera.
Tu mi musa también lloraste mis penas al verla muerta, a mi madre Reina.
Floresta, floreces en cada planta, que planto para mi balcón, en cada maceta que riego en cada pétalo de las rosas de pitiminí, que podo para llevártela donde me prohíben entrar,
Efímeros truhanes, con mascara, que vigilan la puerta del cementerio para que no vean que yo te cuido y ellos te dejan sucia y secas mis ofrendas, que desahogo aquí para quemar y llorar mis penas.
Para que se cumplan tus designios debes llevarme contigo, igual a nunca, aunque te seguiré queriendo, cubro mi cuerpo con mi coraza forjada en fuego lento, aun a sin cada día muero y muero.
Y hablemos de mi musa a la que quiero solo una la de todas las tardes noches en mi taller una sola musa para todas mis artes.
Una y me sacrifico por ella porque la quiero, en las leyes de la de mi arte esotérico quiero con ella nupcias, para reposar del laberinto de mi largo caminar justo por el paso de nuestros tiempos ahora que mi musa me enseño el camino de salida.
Dispensando discurrir siempre labriego, siempre sembrando te quiero hace hoy de mis artes.
Mientras ya seco el barro se y dilucido lavado de manos, acabado tu cuerpo expongo en la galería en cima de una tarima para que contemple tu extraordinario, sublime y bellísimo e exuberante cuerpo.
Se suceden en los aforismos de mi cuerpo.
De mi musa esa a la que nadie ve y ala que aflora en mis adentros.
Texto poético arte-william.
19/08/07