La droga: he visto amigos caer

[Josep Angel]

No lo he leído en ningún libro, no tengo que hacer poemas sobre ello. He visto como alguno de mis mejores amigos sufría como un maldito poblado de droga en su cuerpo. Lo he visto caer, intentar asirse a mí o a algún otro amigo. Pero no es posible. Casi nunca es posible. La voluntad quizás es la primera víctima de la droga en la mente de un ser humano. Lo he visto hundirse día a día, dejar de ser él mismo, humillarse, llorar por su faz ante un espejo, tener miedo de su sombra, temblar como la hoja de un árbol atacado por una ventolera, lo he visto caer al fin, ser internado, morir... a los 20 años.

He visto caer a sus padres, como su madre me imploraba que lo ayudara, que fuera con él, a los mismos sitios, que lo vigilara. Pero éso no es posible. No puedes ir con un amigo vencido por la droga a sus lugares, no puedes seguir junto a él su ruta de fin de semana: él no te quiere a su lado. Tú no quieres arriesgarte tanto. Y he visto sus padres vencidos, la familia saltar por los aires, una herman menor pasear por las calles de mi ciudad escondiendo siempre la mirada, muerta de vergüenza. Peleas en la casa, guardia civiles entrando a gritos... el padre enloquecido, la madre muerta en pocos años.

He sentido cuanto cuesta, aún sabedor del mal que hace, aún manejando tanta información, estar en una fiesta junto a los míos, los mejores, los por mí más queridos, y negar lo que me ofrecen. Y resistir sus burlas. Y marchar triste y avergonzado a medianoche a una hora donde el proyecto era ser felices. He paseado turbio por las calles, dejándolos en una habitación, rebajados a seres primarios: estúpidos cuerpos mal contorneados, risas imbéciles, retrato de todo el daño. Los he encontrado arrastrados, tirados, como si ya no fuesen cuerpos, como si ya solo fueran un magma de carne y polvo blanco, de sangre y líquido asesino... los he visto dormitando en viejos sofás forrados de plástico, a la hora que rompe el alba. Y también he estado con ellos cuando en un sucio lavabo, han vomitado una vez tras otra. He estado con ellos enmmedio de calles desiertas, buscando el aire que frenara las manos que se los llevaban.

Y, lo peor de todo, he visto amigos, en horas de vuelta a la calma, otra vez, cual antes, sensatos, tranquilos, sin esos ojos que tanto miedo dan. Pudiendo hablar con ellos serenamente, entrarles de modo suave el tema de su perdición. He visto como me escuchaban, asentían con la cabeza. Y cada vez que eso sucedía, en el tranquilo remanso de un café, cada vez de todas ellas, me engañaron.
Ningún amigo de los que la droga atrapó, se me salvó. Ni uno de los tres. Los que quedamos, les añoramos. Y no sabemos porqué tuvo que ser así.
Nosootros rumiamos infelices. Ellos yacen en nichos de cementerio, al sol. Yacen familiares, ilusiones y sufrimientos... todo muerto por querer hacer un experimento. Por querer ser como otros.
Aún sabiendo que se metían en la senda del infierno.

Los he visto, los he tocado... pasan de ser ellos a ser muñecos incontrolables.

[Rousse]

Hola-
Muy cierto lo que dices.
La droga es la amiga de la muerte, hace daño y mata el alma.
es un paso a la muerte,pienso que es el mal de las personas.
Saludos poeta.