DANIEL
(Maggy Carson)
Recuerdo que en Suecia el verano era demasiado caluroso, y en Chile el invierno muy frío, y yo corría al teléfono, para saber si mi hermana, había dado a luz. Ese día me encontré con la gran sorpresa que ya habías llegado a este mundo Danielito, traías consigo una paciencia que te producía llanto y dolor, eras un ángel venido por los aires, que con tus ojos, solo veías monstruos vestidos de blanco, que lo hacían sufrir, estuviste en un lugar que no era muy grato para ti, y que tu como un angelito bueno querías ya estar en casa, donde te esperaban rosas y mariposas de bellos colores.
Recuerdo que un día te acompañé, a esa casa que era tu eterna tortura. Ese día te tomé de tus manitos tan pequeñitas y mis manos mas grande cubrieron las tuyas para así poder darte fuerzas y el dolor se fuera y no volviera. También me di cuenta que a pesar de tu escasos meses de vida, ya eras ese príncipe valiente, que con tu espada mágica llegaste al fin y pudiste cortar todo lo que te hacia sufrir.
Ahora ha llegado una lucha mas a tu vida, que se vino como un aire fuerte, que quiere destruir tus alitas de ángel, pero no lo dejaremos .
Me gustas cuando ríes, esa risa tan contagiosa que provoca alegría y se forma una atmósfera de globos de jabón, que destellas con tus deditos y las haces estrellar , tu carita se enciende de alegría inmensa, que al verte todos nos sumergimos en tu felicidad.
Corres y corres de un lugar a otro como queriendo encontrar una estrella en el firmamento y tu con tus manitas tocarlas, para encontrar en tu alma la paz.
Quieres informarte de todo, aunque tu hablar no es comprendido por los demás, y se dedican a jugar con tus pensamientos y tu lloras porque, con tu boca roja como cereza quieres moverla para que salga una palabra y muchas mas, el que no te conoce no te entiende ni se da el trabajo de saber lo que tu quieres contarle que solo deseas tocar la estrella que ilumina tu alma y tu pequeño corazón que cuando dice “Te quiero” se inunda de grandeza y sinceridad.
Yo nunca dejaré que te dañen, quiero volver a tomar tus manos que en un día no muy lejano, las tomé para defenderte del dolor por eso ahora los dos juntaremos nuestras manos, pelearemos contra los monstruos de blanco y le diremos que tu eres un ángel que llegó a este mundo como cualquier rosa blanca del jardín del edén. Tu te mereces el cielo y mi corazón. Tu eres ese niño deseado por tu mamita y todos te queremos. Hoy te invito a seguir adelante mi príncipe valiente, te quiero al igual que cuando cae un lucero a la tierra y hace estremecer nuestros corazones de esperanzas todas para ti.
AUTOR
(Derechos de Autor)Maggie Carson
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