Hace un tiempo...
Mientras yo vivía en Argentina..
Recordaba con mi padre...
Cuando de pequeños viajábamos en tren....
Y estos son sus recuerdos....
También para nosotros los trenes tienen su encanto, sobre todo los antiguos de madera y cuyo rechinar al coger la marcha era un mensaje para el oído que significaba velocidad. Teníamos que cerrar las ventanillas cuando pasábamos por los túneles y ponernos los pañuelos en la boca, para después de ello, empezar a abrir ventanillas y que el aire limpiara el humo que se había metido en el interior. Ahora parece bonito y tiene algo de poesía, el toque de la campanita y la parada que hacía viniendo de Escatrón hacia Barcelona, en Mora de Ebro, para que el maquinista se comiera el bocata, cosa que los pasajeros aprovechábamos para lo mismo y hacer cada uno sus propias necesidades fisiológicas, y después de una hora aproximadamente reemprender la marcha, previo toque del silbato del jefe de la estación y después de haber hecho sonar la campanita, echando una mirada al reloj que en la propia estación tenía ubicado en su fachada.!Qué recuerdos!. En uno de los viajes desde Escatrón hacia Barcelona, recordamos a un niño, entonces, que cuando pasaban los túneles, decía...Otro...otro...otro... Hoy día si vive, tendrá ya los 60 años o cerca. También fue una odisea el viaje que hicimos desde Escatrón y cuando llegamos a Vilanova, había más de un metro de nieve, esto era en Navidades de 1962, por tanto tú tenías meses y toda la obsesión de mamá era que su hija Conxi no pasara ni frío ni hambre, siempre iba preparada para posibles contingencias, y ésta fue una, pero al fin rendimos viaje a las 5 de la madrugada, llegando a la estación de Francia. Nos metimos en un chiringuito que había en el Borne y después de avisar a la policía, os llevaron a la Comisaría de la Vía Layetana, para protegeros del frío, a hija y madre y nosotros, los hombres, andando fuimos también allí a terminar de pasar la noche y a la mañana siguiente, os llevaron a vosotras en un jeep, hasta casa y nosotros contentos, aunque tuviéramos que darnos una caminata esquivando los montones de nieve que había depositada por las calles. Al fin, llegamos a La Maresma y estuve sin poder ir a trabajar a Cerdanyola, que entonces trabajaba en la Uralita, de dos a tres días que fueron agobiantes para mí, pues al no vivir en una casa o piso nosotros solos, aún lo era más.
Sin contar que cuando llegamos al piso, a mamá le habían gastado el petróleo del infiernillo y tuvo que hacer cola de tres o cuatro horas, para poderte calentar la leche y en definitiva poder hacer la comida. Encima se encontró con mi incomprensión por su tardanza. !Pobre mamá!. En fin son recuerdos....
Escrito por mi padre..
Gracias papá..por estos hermosos recuerdos..
Mientras yo vivía en Argentina..
Recordaba con mi padre...
Cuando de pequeños viajábamos en tren....
Y estos son sus recuerdos....
También para nosotros los trenes tienen su encanto, sobre todo los antiguos de madera y cuyo rechinar al coger la marcha era un mensaje para el oído que significaba velocidad. Teníamos que cerrar las ventanillas cuando pasábamos por los túneles y ponernos los pañuelos en la boca, para después de ello, empezar a abrir ventanillas y que el aire limpiara el humo que se había metido en el interior. Ahora parece bonito y tiene algo de poesía, el toque de la campanita y la parada que hacía viniendo de Escatrón hacia Barcelona, en Mora de Ebro, para que el maquinista se comiera el bocata, cosa que los pasajeros aprovechábamos para lo mismo y hacer cada uno sus propias necesidades fisiológicas, y después de una hora aproximadamente reemprender la marcha, previo toque del silbato del jefe de la estación y después de haber hecho sonar la campanita, echando una mirada al reloj que en la propia estación tenía ubicado en su fachada.!Qué recuerdos!. En uno de los viajes desde Escatrón hacia Barcelona, recordamos a un niño, entonces, que cuando pasaban los túneles, decía...Otro...otro...otro... Hoy día si vive, tendrá ya los 60 años o cerca. También fue una odisea el viaje que hicimos desde Escatrón y cuando llegamos a Vilanova, había más de un metro de nieve, esto era en Navidades de 1962, por tanto tú tenías meses y toda la obsesión de mamá era que su hija Conxi no pasara ni frío ni hambre, siempre iba preparada para posibles contingencias, y ésta fue una, pero al fin rendimos viaje a las 5 de la madrugada, llegando a la estación de Francia. Nos metimos en un chiringuito que había en el Borne y después de avisar a la policía, os llevaron a la Comisaría de la Vía Layetana, para protegeros del frío, a hija y madre y nosotros, los hombres, andando fuimos también allí a terminar de pasar la noche y a la mañana siguiente, os llevaron a vosotras en un jeep, hasta casa y nosotros contentos, aunque tuviéramos que darnos una caminata esquivando los montones de nieve que había depositada por las calles. Al fin, llegamos a La Maresma y estuve sin poder ir a trabajar a Cerdanyola, que entonces trabajaba en la Uralita, de dos a tres días que fueron agobiantes para mí, pues al no vivir en una casa o piso nosotros solos, aún lo era más.
Sin contar que cuando llegamos al piso, a mamá le habían gastado el petróleo del infiernillo y tuvo que hacer cola de tres o cuatro horas, para poderte calentar la leche y en definitiva poder hacer la comida. Encima se encontró con mi incomprensión por su tardanza. !Pobre mamá!. En fin son recuerdos....
Escrito por mi padre..
Gracias papá..por estos hermosos recuerdos..