DE COMO CASI LLEGO A SER CURA

[Mariano Bequer]

Tenía yo, aproximadamente doce años, una edad en la que muchos descubren dos caminos a seguir: El camino de Dios o el camino del mundo. Pues bien, hube soñado en varias oportunidades que mi madre me enviaba a la tienda de la esquina a comprar. Debo decir que vivía en un conjunto de bloques y la iglesia más cercana estaba a ocho cuadras. El convento más cercano estaba a 8 kilómetros, en la ciudad de Lima (Yo vivía en la ciudad del Callao, separada de Lima por sólo una avenida). De pronto en mi sueño, me encontraba ante un muro largo y alto y en la esquina al final del muro en la parte más alta había una especie de campanario. Yo estaba con el recado de la compra para llevársela a mi madre y al llegar al final del muro había una puerta inmensa y la parte superior era semicircular. Era de madera y con unos adormos muy hermosos labrados también en madera, estaban colocados de tal manera que parecían las cabezas de inmensos clavos. Se notaba una puerta muy pesada por lo grande. Al pasar por la puerta que estaba abierta, ví un patio y una fuente hermosa en el centro. Unos hombres con una túnica o hábito blanco y un a especie de delantal negro conversaban al lado de la fuente. Uno de ellos era alto, corpulento, y barrigón, al verme en la puerta extendió sus brazos invitándome a entrar y yo movía mi cabeza como diciéndole que no iba a entrar, entonces el hombre se acercó hacia la puerta y yo al verlo venir me alejé mientras escuchaba al hombre decirme: -Ven que esta es tu casa, nada temas, te han seleccionado-. Asustado me alejé corriento y llegaba a mi casa, casi jadeando, para entregarle el recado de la compra a mi madre. Siempre me despertaba en ese momento y me encontraba realmente jadeando. Le comenté a mi madre de ese sueño y ella con inmenso cariño me abrazaba diciéndome que era una pesadilla. Bueno ese sueño se me repitió varias veces, y varias veces también me despertaba jadeando. Mi madre se empezó a preocupar y, como sucede entre vecinas, le comentó mi sueño a una amiga de ella, una buena señora que le tenía a mi madre un afecto especial. La susodicha vecina me pidió que le contara exactamente mi sueño y al final de mi relato, ella le dijo a mi madre que era muy posible que Jesús me estaba llamando para ser sacerdote. Con la autorización de mi madre, la señora me llevó a Lima, que con El Callao, forman una gran ciudad. Bajamos del bus y caminamos una cuadra, cuando de pronto ví el muro alto y largo que en mis sueños había visto. Era la primera vez que lo veía y jamás antes había estado allí. Arriba estaba el campanario, la puerta era inmensa exactamente como la de mis sueños. Al estar frente a la puerta me admiré al ver la misma fuente que en mis sueños veía. Muy emocionado le decía yo a la buena señora que todo eso lo había visto en mis sueños, y ella me decía dulcemente que era Dios que quería que yo fuese sacerdote por eso en sueños me mostraba su casa. Vi a los "señores" de blanco. Y la buena señora me dijo que eran sacerdotes de la congregación dominica, la misma de San Martín de Porres y Santa Rosa de Lima. Me dí cuenta que la ropa era la misma y que ese era el Convento de Santo Domingo. Conocí por primera vez el interior del convento en donde vivió el santo mulato limeño. Pude conocer la fuente en donde San Martín hizo el milagro de lavar el azúcar morena para convertirla en azúcar blanca. Así mismo la pequeña huertita al fondo del convento en donde llevó a todos los ratoncitos que merodeaban por las despensas del convento, estuve en el patiecito en donde el santo hizo comer en un mismo plato al perro, al ratón y al gato, pude ver su ropa y las zandalias que usaba, conocí su humilde camita, me senté en la silla viejita y desvencijada en donde él se sentaba para meditar. Mucha gente se sentaba allí para pedirle algún milagro, la buena señora me dijo que me sentara y que le pidiera algo, entonces me senté y sólo le pedí platita para que nos alcance, porque mi madre viuda trabajaba mucho para darnos de comer a sus cuatro hijos. Me emocioné mucho y le dije a la buena señora que cómo podía hacer para estar allí. Y fuimos a hablar con el Prior del convento, este era alto, corpulento, bonachón y barrigón como el de mi sueño. Ambos hablaron un buen rato. Y luego él me dijo que era muy pequeño para quedarme, y que cuando tenga 17 años podía regresar porque él me esperaba con los brazos abiertos. Y extendió los brazos exactamente como lo hizo el hombre de mi sueño. Hasta eso me emocionó. Y todo eso le contaba yo a la buena señora mientras retornábamos a mi casa. Ya en mi hogar ella me regaló una pequeña imagen de San Martín de Porres y me explicó que San Martín murió un martes, entonces me entregó 4 velitas para encenderla todos los martes. Una vez al mes me llevaba al convento que ya me era familiar, y ansioso esperaba yo el primer martes de cada mes para ir nuevamente a visitarlo. Nunca más volví a tener ese sueño. Pasó el tiempo y aún no sé el por qué no ingresé al convento. De todas maneras ahora sé que Dios escribe derecho sobre líneas torcidas. Y en mi caminar por el mundo, también sigo los pasos y la voluntad del Señor.
Más que un cuento, esta es una parte de mi vida que se las narro para que me puedan conocer un poquito más.
Su amigo de siempre,

Mariano Bequer.

[TARDE GRIS]

Amigo, es un placer leerte, saber mas de tu infancia,
de tus pasos que fueron los que te forjaron, sabes, yo
casí me hacía monja...aun hubiera deseado serlo...
pero el destino o nosotros mismos nos ha hecho estar
donde estamos ahora, saludos y gracias por compartir,
cuidate mi amigo...

[Mariano Bequer]

Amigo, es un placer leerte, saber mas de tu infancia,
de tus pasos que fueron los que e forjaron, sabes, yo
casí me hacía monja...aun hubiera deseado serlo...
pero el destino o nosotros mismos nos ha hecho estar
donde estamos ahora, saludos y gracias por compartir,
cuidate mi amigo...

Amiga querida... wowww... Gracias por leer este relato que es lo que me ocurrió a mis doce años. Tu presencia agradable es realmente gratificante. Soy muy poco de escribir prosa. Tengo escrita una novelita que se llama AMOR ETERNO en la que narro mi primera experiencia sentimental a mis 17 años cuando estudiaba en la secundaria. En algún momento la leerás, si te agrada las novelas. Gracias por tu presencia. Igualmente cuídate amiga.
Mariano Bequer.

[TARDE GRIS]

Amigo, es un placer leerte, saber mas de tu infancia,
de tus pasos que fueron los que te forjaron, sabes, yo
casí me hacía monja...aun hubiera deseado serlo...
pero el destino o nosotros mismos nos ha hecho estar
donde estamos ahora, saludos y gracias por compartir,
cuidate mi amigo...

[TARDE GRIS]

Amigo, es un placer leerte, saber mas de tu infancia,
de tus pasos que fueron los que e forjaron, sabes, yo
casí me hacía monja...aun hubiera deseado serlo...
pero el destino o nosotros mismos nos ha hecho estar
donde estamos ahora, saludos y gracias por compartir,
cuidate mi amigo...

Amiga querida... wowww... Gracias por leer este relato que es lo que me ocurrió a mis doce años. Tu presencia agradable es realmente gratificante. Soy muy poco de escribir prosa. Tengo escrita una novelita que se llama AMOR ETERNO en la que narro mi primera experiencia sentimental a mis 17 años cuando estudiaba en la secundaria. En algún momento la leerás, si te agrada las novelas. Gracias por tu presencia. Igualmente cuídate amiga.
Mariano Bequer.

Gracias mi querido Mariano, seguro la leeré,
encantada de hacerlo, un placer para mí y
claro que yo me cuidaré, mis saludos para ud.
y hasta pronto....se cuida....

[electra]

Muy buena su historia, hay que ver las vueltas que da la vida; pues yo estuve en un convento iba a ser religiosa Salesiana pero el destino tenía otro camino para mi y no me arrepiento fue agradable esa experiencia y muy significativa ya que mi vida cambio por completo.
Tiene razón y mucha Dios escribe en renglones torcidos.

[Mariano Bequer]

Muy buena su historia, hay que ver las vueltas que da la vida; pues yo estuve en un convento iba a ser religiosa Salesiana pero el destino tenía otro camino para mi y no me arrepiento fue agradable esa experiencia y muy significativa ya que mi vida cambio por completo.
Tiene razón y mucha Dios escribe en renglones torcidos.

Amiga querida, muchas veces no entendemos los designios del Señor. Él nos tiene preparada una función. Y a veces no entendemos... pero si somos dóciles a la acción de Él, todo en la vida nos sale bien. De niño quise ser padre, y hoy lo soy, pero soy padre de la iglesia doméstica, es decir: padre de tres buenos hijos. Gracias por detenerte unos instantes y leer algo de mi vida. Besos.
Mariano Bequer.

[Doral.]

Mariano querido:

Muy impresionante la historia de tu niñez,
mira lo que se perdió la iglesia,
pero tus hermosisimas hijas ganaron
un excelentísimo padre ¡El mejor!

Felicidades amigo querido,
gracias a Dios que estás aquí.

Vuestra amiga siempre.

Doral.

[Mariano Bequer]

Mariano querido:

Muy impresionante la historia de tu niñez,
mira lo que se perdió la iglesia,
pero tus hermosisimas hijas ganaron
un excelentísimo padre ¡El mejor!

Felicidades amigo querido,
gracias a Dios que estás aquí.

Vuestra amiga siempre.

Doral.

Doral, amiga, qué bueno que te veo en mis temitas. Es verdad y, aunque sé
que no soy el padre perfecto, me consuela el saber que para mis hijas
sí lo soy. Gracias por estar Doral y por dejarme tu agradable
comentario. Besos. Tu amigo de siempre.
Mariano Bequer.