Nunca antes se me había ocurrido escribir novelas. En verdad que no despertaba en mí el interés de escribir prosa. Lo mío era, es y será siempre el escribir poemas.
No debo negarlo pero había en mí algo que me llamaba a satisfacer esa curiosidad que se siente al escribir prosa. Leí a José María Arguedas, Ciro Alegría, Vargas Llosa, Alfredo Bryce Echenique, mis autores favoritos de entre muchos buenos escritores peruanos, y ellos dejaron en mí ese tufillo de curiosidad que lo estuve guardando por mucho tiempo. Y como el hombre es curioso por naturaleza, me aventuré a satisfacer esa curiosidad escribiendo una novela, dando finalmente un respiro de alivio cuando la terminé. Más que una novela es más bien, una novelita corta y biográfica a la vez. Es la biografía de mi vida. Abarca una parte de mi etapa colegial cuando cursaba yo el quinto año de secundaria y había ingresado a la universidad. Narro en ella los momentos de mi primer amor, de aquel amor que deja sellado para siempre el despertar del corazón cuando se encuentra a la persona amada. Y como el primer amor nunca se olvida, por ser precisamente eso: Un sello, es que a mi novela la titulé AMOR ETERNO. Los personajes en un 95% son reales pero, aún cuando algunas partes de la novela tienen algo de ficción, hay mucho de realidad en su contenido. Y, como todo autor, lo escribí así para darle una tónica de interés en el lector agregando, por supuesto, la creatividad en algunas situaciones. Espero, pues, que puedan disfrutar de mi novelita y, así mismo, recordar sus casos particulares, me refiero a sus primeros amores, a sus amores eternos. Este es el contenido de mi novela:
Como todos los días, Paco salió de su casa, con sus libros y cuadernos rumbo a su colegio, luego de despedirse de su madre y agradecerle por el buen desayuno que a diario recibía. La rutina era siempre igual: La misma gente, el mismo perro guardián en la otra cuadra, el bus escolar de otro colegio, la tienda de la siguiente esquina con la misma gente que entra y sale de hacer sus compras; en fin todo, todo era exactamente igual, incluso hasta el “Parque Guardia Marina” era el mismo, llamado así en homenaje a un grupo de hombres que, en la guerra por la independencia durante 1866, se constituyeron para la defensa del Callao y, por supuesto, de América toda. Al otro lado del Parque está el Colegio Nacional Dos de Mayo también, llamado así en homenaje a la gesta gloriosa en la que se consolidó la independencia de toda América del Sur.
Detrás del colegio se presenta el mar, el majestuoso Océano Pacífico, ese hermoso mar que baña las costas del Perú de norte a sur. Se observa, mirando hacia el oeste, un extenso rompeolas que protege a la Escuela Naval Almirante Miguel Grau, en La Punta, y por sobre el horizonte, se presentan las islas de San Lorenzo y el Frontón, entre ellas está el pequeño archipiélago de Las Hormigas, grupo de rocas salientes, hogar de gaviotas y guanayes; más acá del rompeolas la playa Cantolao en las riveras de Chucuito, típico sector del Callao habitado en su mayoría por inmigrantes italianos y sus hijos, venidos de Europa después de la segunda guerra mundial. La mayoría de ellos se dedican a la pesca y es por eso que todos los días sus redes y pequeñas chalanas adornan, con sus tonos multicolores, las orillas del mar, dándole así más alegría al paisaje. Muchos veleros del Club Náutico y del Club de Regatas Unión, presentes en ese sector, le dan un toque multicolor a Chucuito cuyas aceras que bordean la playa se llena de gente todos los días, cuando salen a pasear y a observar el hermoso paisaje de la costa chalaca. Todo esto es en el lado norte de la ciudad que, como una aguja, se incrusta en el mar. El lado sur presenta un mar embravecido y es por eso que se le llama “mar brava”, existe allí mucha resaca, resultado de los vientos y la corriente marina. Nuestra historia, pues, se desarrolla toda en el lado norte.
Paco, nuestro personaje, llegó pues, hasta el parque, frente a su colegio y como era temprano se quedó en la esquina antes de cruzar la vía por donde transitaba el tranvía. Esperaba a alguien que no apareció, muy apesadumbrado y al ver que ya casi eran las 7.45 de la mañana decidió ir a su colegio apurando sus pasos. Mientras entraba al colegio se encontró con Ernesto, su compañero de aula:
-Hola Ernesto- saludó a su amigo, dándole una palmada en la espalda.
-Hola Paco, ¿Qué pasó hoy, no la viste?-
-No, no la vi, pero seguro que mañana sí la veré-.
-¡Ajá!, Guillermo dice que la vio irse temprano-.
Ernesto y Guillermo, con César, Raúl y Jorge conformaban con Paco, en el aula de clases, lo que se llama un verdadero grupo de amigos. Ernesto era de nariz recta, cejas pobladas y unidas por sobre la nariz, ojos de mirada profunda, y al caminar se inclinaba hacia delante.
Guillermo, el más pequeño del grupo, era el más chancón, dedicado mucho a estudiar, tenía cabellos negros, un lunar negro y protuberante como una verruga que se asomaba por sobre el lado derecho del labio superior. Durante las clases de Historia Universal entendían perfectamente el por qué el hombre desciende del mono pues al ver a Guillermo estaba la respuesta: Tenía las facciones de la cara exactamente igual a las de un mono. Guillermo era para el grupo, “el eslabón perdido” encontrado en El Callo.
César, era de cara blanca y siempre tenía los labios húmedos por la manía de pasarle la lengua a cada rato, era un “tic” el de César. Además rengueaba del pie derecho, los amigos lo habían apodado “Chester”, por el personaje de una serie de televisión que también rengueaba, también César era pequeño y su deseo era ser abogado, profesión que logró al transcurrir el tiempo.
Raúl, era un muchacho de ascendencia inglesa, su bisabuelo era un descendiente del pirata Hawkins que asoló las colonias españolas del caribe y nunca pudo llegar al Callao durante el coloniaje. Sin embargo sus descendientes lo lograron ya en el Perú independiente. Los ojos de Raúl eran celestes, tenía la voz gruesa, muy blanco de color, cabellos entre castaño claro y rubio, además nuestro amigo era de contextura gruesa, era, como decíamos en esa época: un chico maceteado.
Jorge, un chico de ojos dormidos, tenía un ligero tartamudeo al hablar, sus labios eran gruesos y prominentes aún no siendo de raza negra, su color era cobrizo oscuro y era, además, el más travieso de todos. Aún así, Jorge era muy caritativo, fue fundador con amigos de su barrio de un club social para ayudar a los necesitados.
Paco, nuestro personaje, era de estatura mediana dentro del grupo, nariz aguileña, cabellos ondulados y castaños; era, si se quiere, el más romántico del grupo, el seductor de las chicas, el escritor, el poeta, era el que inspiraba esa sensación de amor en el sexo opuesto. En las fiestas y bailes, Paco se ganaba la simpatía de las jovencitas por el trato y galantería con que les hablaba.
YA CONOCEMOS A ALGUNOS DE LOS PERSONAJES DE ESTA HERMOSA HISTORIA DE AMOR. ¿DE QUIÉN HABLABAN PACO Y ERNESTO? ¿QUÉ PLANIFICABAN PACO Y SUS AMIGOS? TODO ESO Y MUCHO MÁS LO SABRÁS EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO DE ESTA HERMOSA HISTORIA DE AMOR JUVENIL. NO TE PIERDAS EL SIGUIENTE CAPÍTULO. TE ESPERO.