Huevos de plomo
Son dos compadres granjeros, y a uno de ellos le iba muy bien con la producción de huevos. Un día el compadre al que no le iba nada bien le dice a su compadre que le dé el secreto para que sus gallinas den muchos huevos. El compadre le dice que es muy fácil, que a cada gallina le ponga un huevo de plomo y que con eso se soluciona el problema.
Sale el granjero a la ciudad a buscar los famosos huevos de plomo. Después de buscar durante todo el día los huevos de plomo sin encontrarlos el granjero dice "¡Este es el último lugar en el que pregunto! Si no hay, me voy."
En eso fuera de la ferretería está un viejito sentado y el granjero, ya cansado, desde su camioneta le grita, "Ey, disculpe señor ¿tiene huevos de plomo?"
El señor, disgustado, se empieza a levantar lentamente y le responde,
"¡Lo que tengo son reumas, hijo de la chingada!"
Literal Yaritza
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