Poema=DESCRIPCIÓN DE UNA EXPEDICIÓN AÉREA TEÓRICA A LA ABERTURA POLAR QUE CONDUCE AL INTERIOR HUECO DE LA TIERRA
Marshall B. Gardner termina su libro con la descripción de una expedición teórica cuando se acerca a la abertura polar, entra y llega al paraíso tropical en el interior hueco de la tierra. El objetivo era alentar a algún gobierno a llevar a cabo una expedición así.
El 15 de setiembre de 1959, un rompehielos atómico soviético zarpó, supuestamente con el propósito de alcanzar el Polo Norte, a través del hielo. “¿Qué mejor manera de viajar puede haber para llegar a esa ‘tierra desconocida’ más allá del polo, que se extiende miles y miles de kilómetros?”, pregunta Ray Palmer. Agrega: “Aquí, tenemos una nave que puede recorrer 64.500 kilómetros. Puede ir a cualquier lado sin peligro de quedarse estancada por falta de combustible. Está adecuada a la perfección para pasar la barrera de hielo del océano congelado que siempre ha sido la ‘pared’ entre el mundo conocido y aquel desconocido, que el Almirante Byrd probó, sin lugar a duda, que existía. Una vez que se pasara el océano de hielo y se llegara a un océano templado, la nave es apta para explorar el corazón de esa área desconocida, siempre que haya agua. Podría ser que los rusos no estén enterados del descubrimiento del Almirante Byrd, y que el rompehielos no vaya ‘más allá’ del polo”.
El 13 de enero de 1956, el Almirante Byrd comandó una expedición aérea de la Armada de los Estados Unidos en un vuelo de 4.350 kilómetros de la base de McMurdo Sound, 645 kilómetros al oeste de la abertura del Polo Sur, y penetró 3.700 kilómetros más allá del Polo en la Abertura Polar Sur, que conduce al interior hueco de la tierra. Esta fue la primera vez en la historia que los miembros de la humanidad, habitantes de la superficie de la tierra, penetraban tanto en el interior de la misma.
Describiremos ahora un viaje teórico a través de la abertura polar del sur hasta el Nuevo Mundo que se encuentra más allá. El mejor vehículo aéreo para este propósito sería un dirigible (zepelin), que tiene muchas ventajas con respecto al aeroplano. Si llegara a quedarse sin combustible en este largo viaje, podría pedir ayuda por radio sin riesgo de estrellarse. La primera parada sería Tierra del Fuego en el extremo de América del Sur, cerca de la Antártida. Allí, se reabastecería de combustible. Luego, la expedición viajaría en línea recta hacia el sur y después de pasar los 90 grados de latitud sur, procedería en la misma dirección, sin importar las excentricidades de la brújula. A su tiempo dejaría atrás el hielo y entraría en un territorio de flora y fauna, como hizo el Almirante Byrd cuando viajó 2.300 kilómetros más allá del Polo Norte. La expedición podría fotografiar la vida animal y vegetal si volara lo suficientemente bajo.
A medida que la expedición avanzara en la abertura polar, después de la caída del sol, se observaría un brillo en el cielo, como un anillo que cubre el horizonte visible, formado por la aurora que aparece como haces de luz en diseños fantásticos. Estas luces resultan del reflejo del sol central en el estrato superior de la atmósfera, iluminado en un área inmensa por rayos divergentes. A medida que la expedición avanzara, las imágenes de la aurora se volverían más y más brillantes.
A medida que la expedición avanzara más y más en la abertura, cada día, el sol parecería estar más cerca del horizonte y nacer más abajo que antes en el cielo. Nace más tarde y se pone más tarde. Esto se debe a que los rayos se ven interrumpidos por el borde de la abertura polar a medida que la expedición se interna en ella. Por último, ocurre algo extraño. Hay luz de día cuando debería ser de noche. Pero, es una luz diferente a la que estamos acostumbrados a ver en la superficie de la tierra: el sol es más oscuro y rojizo, pues ya no es el sol que conocemos —el del exterior— sino un sol del interior, que nunca se pone y que brilla en forma continua, lo cual produce luz perpetua. Mientras tanto, la temperatura se vuelve más cálida, hasta que el clima se torna tropical, un clima de verano perpetuo, sin cambios de estación.
Con el avance de la expedición, se notaría que el sol visible ya no se movería, sino que estaría fijo en el cielo. Por último, la expedición vería nuevas y extrañas formas de vida animal y plantas tropicales, inclusive especies prehistóricas, extinguidas en la superficie. Hablamos de un verdadero paraíso para el zoólogo o botánico. Finalmente, la expedición pasaría la abertura polar y llegaría al hueco interior de la tierra: su atmósfera interior, el hogar de los platillos voladores. Con el tiempo, la expedición comenzaría a ver señales de civilización y las ciudades subterráneas de los antiguos habitantes de Atlántida y Lemuria, que colonizaron este mundo hace miles de años, los creadores de los platillos voladores. Los miembros de la expedición aterrizarían y harían contacto con esta gente altamente civilizada, de quienes tendrían mucho que aprender —de gran valor para la raza humana—. Es probable que el mensaje que les transmitan esté relacionado con la salvación de la humanidad de la aniquilación nuclear. Tal vez esta gente tenga la esperanza de impedir la Tercera Guerra Mundial en el futuro cercano, o quizás esté preocupada por salvar los restos de la raza humana en el caso de que la humanidad sea exterminada y de establecerla en su Mundo Subterráneo, para que la destrucción no sea total. Es probable que este pueblo sienta gran simpatía por nosotros, porque su civilización también fue destruida por una guerra nuclear, seguida de un diluvio, del cual se salvaron a tiempo al encontrar refugio en el Mundo Subterráneo. Ya que prevén el mismo peligro para nosotros, es probable que quieran salvarnos de la misma manera que lo hicieron ellos cuando murieron sus coetáneos.
Por lo tanto, los miembros de esta expedición tal vez lleven a cabo la misión más importante posible para la raza humana y, en el futuro, tal vez se les admire no sólo como los exploradores más importantes de la historia, sino como viajeros salvadores de la era nuclear.
Christ_Velan
 |