Poema=Vampiros reales: la ciencia afila sus colmillos.
“……Ante mí se hallaba un caballero anciano, recién afeitado excepto su bigote blanquecino, ataviado de negro de pies a cabeza, sin la menor sombra de color en parte alguna……Sus orejas eran pálidas, terminando en punta por arriba……las espesas cejas se juntaban casi encima de la nariz, y sus pelos daban la impresión de enmarcarla, tan largos y espesos eran……La boca tenía una expresión cruel, y los dientes eran extraordinariamente puntiagudos, avanzando de manera muy prominente sobre los labios…… Sus manos eran muy groseras, anchas, con dedos cortos y gruesos. Y por muy extraño que parezca, el centro de las palmas estaba cubierto de vello……Su semblante producía la sensación de una palidez sorprendente.”
Drácula (Abraham Stoker-1897)
A finales del s.XVIII, centro Europa se vio asolada por rumores de ataques de vampiro. Muchas paginas se escribieron entonces sobre el tema. Paginas medicas y judiciales, personas condenadas (casi siempre a morir) por vampirismo, gentes que presentaban aspectos palidos, fiebres altas, dolores en la piel y acuciante y constante sed…

Muchas teorias se han elaborado para explicar aquello… antrax, rabia, esquizofrenia… La mas interesante en mi opinion es la de la porfiria, una enfermedad que genera un enfermo cuyo aspecto encaja perfectamente con el de un vampiro.
Las porfirias son debidas a errores de nuestro organismo a la hora de metabolizar las porfirinas. Es una enfermedad producida por un mal funcionamiento de un componente (una proteína) de la hemoglobina denominado Hem. Esta substancia es la responsable del oxigenamiento del resto de células de nuestro organismo y, por lo tanto, juega un papel esencial en la vida de los glóbulos rojos.
Su sintomalogía concuerda increíblemente bien con el aspecto que podemos atribuir a un vampiro.
Curiosamente la primera manifestación de una crisis porfírica aparece en el período de lactancia, cuando el bebé mancha los pañales con orina rojiza o se muestra especialmente inquieto ante su exposición a la luz del sol, aunque sea a través de cristales, es decir, estamos hablando de fotosensibilidad.
Con el paso del tiempo, esta manifestación puede llegar a ser extremadamente grave; debido a la acumulación de las porfirinas en la piel, la simple exposición a la luz solar provoca gravísimas y muy dolorosas quemaduras por la oxidación de los tejidos, tal y como si fuese ésta literalmente abrasada (ni que decir tiene de dónde puede provenir la leyenda de que la exposición solar puede matar a los vampiros). Los dedos, los cartílagos nasales y auriculares son, con el paso del tiempo amputados, al igual que desaparecen los labios. Las encías se encogen dejando al descubierto unos dientes despigmentados de apariencia notablemente mas grande.
La porfiria llega a producir ciertas crisis neurológicas que pueden conllevar a padecer alucinaciones, trastornos de la personalidad, parálisis en las extremidades y en los músculos respiratorios, provocando, finalmente, la muerte. Por todo ello, no resulta sorprendente que los enfermos de porfiria vistan habitualmente con ropas negras, sombreros de ala ancha, guantes, gafas oscuras, cuellos y solapas alzadas y eviten sobremanera el exponerse a la luz solar, lo que nos recuerda las descripciones más clásicas de un vampiro.
Otra sintomatología de esta enfermedad es el hirsutismo y la hipertricosis facial. Debido a la fotosensibilidad del paciente, el organismo, para protegerse de la luz solar, provoca el crecimiento de vello en lugares tan inverosímiles y tan sorprendentes como las palmas de las manos, la yema de los dedos, nariz y orejas. Ahora imaginemos el aspecto de un enfermo de porfiria, saliendo en plena noche, en pequeños núcleos rurales de centroeuropa en los siglos XV, XVI y XVII y que éste se encontrase con un paisano…….el susto de muerte estaba garantizado.
Un apunte mas que ajusta aun mejor esta enfermedad como “enfermedad del vampiro” es que explicaría tambien la leyenda de que los ajos repelen a los vampiros. Resulta que uno de los principales componentes del ajo, el Dialkilsulfito (un elemento muy volátil), es un potente destructor del grupo de proteinas Hem, por lo que no sólo con la ingestión del mismo, sino con la simple aspiración del ajo por parte del enfermo, le provoca un agravamiento de su enfermedad, causándole terribles dolores abdominales y acentuando aún más su crisis porfírica. Sería cometer la misma barbaridad que si a un diabético le diéramos una buena cucharada de azúcar.
Su aspecto final, lejos de parecerse al clásico conde Dracula de las películas de principios del siglo pasado seria mas similar al viejo Nosferatu
Desgraciadamente, las porfirias son reales, y aun incurables. Su tratamiento se basa en ralentizar y minimizar al máximo los síntomas a base de, entre otras cosas, transfusiones de sangre (curioso verdad?)
En el s.XVII era muy corriente tratar todo tipo de enfermedades con sangre animal. Pero tras la digestión de dicha sangre, las proteinas se destruyen, quizas alguien quiso probar alguna vez, ante su propia desesperación, otro tipo de sangre con el fin de sobrevivir…
Y es que el enfermo de uroporfiria eritropoyetica, o Porfiria Congénita de Günther, la mas estudiada y común de las 8 variedades de porfirias conocidas, llega a tener un aspecto terrorífico. Me costo encontrar fotografías médicas reales de un enfermo avanzado, pero después de encontrarlas las vi demasiado desagradables como para mostrarlas directamente. Si quieres verlas… aqui estan
Por último, y para no dejaros con el mal sabor de boca de las fotos que sin duda no habéis podido evitar ver, os dejo una cámara oculta bastante ingeniosa, relacionada con los vampiros y cogida de un programa televisivo centroeuropeo (de donde sino…)
Christ_Velan
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