Descubro entre mis versos el refugio
que anida en sus espacios la mirada,
el sorbo del aliento taciturno
y el casto despertar de su palabra.
Escucho el corazón entre las letras
y el silfo poderoso de su magia,
descubre el alma limpia de tristeza
que escribe su primor cada mañana.
Endecha del camino en el silencio,
atávico sendero de mi alma
que escucha en el refugio de los versos
la saga poderosa de palabras.
Hazañas perpetuadas en las letras
cobijan las leyendas conspiradas,
de errantes peregrinos y profetas :
bohemios soñadores de esperanzas.
La interna soledad que va marchita
de lóbregos recuerdos del ocaso,
libera su agonía en poesía,
destierra el yermo absurdo del fracaso.
Descubro el universo en mi poema
que busca el romancero de los sueños
y en el compendio amado de mis letras,
reserva el florilegio de los versos,
el cálido refugio que alimenta:
el numen del azar y sus misterios.
Aimée Granado Oreña ©