cuando en la noche cesa el movimiento
yo, despierto, sentado en una mesa
voy escribiendo versos.
Con la mirada fija en tu retrato
y la pluma apoyada en las cuartillas
hurgando en los rincones de la mente
voy en busca de rimas.
Y al verte pienso en ti constantemente
y me parece ver como cerrados,
los párpados, guardianes de esos ojos
que quizá están soñando.
Si una noche a esa hora despertases
e ignorases la causa del desvelo
será que por tu alcoba suplicantes
danzan mis pensamientos.
Si otra noche sintieras el insomnio
y del viento escucharas suaves sones
notarás que mezclados se perciben
tristes ayes de amores.
Si un día al despertarte se apreciara
un susurro silente alrededor
es que, fundido en la sustancia etérea,
he suspirado yo.
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