esperando con ansia la fantástica
visita de aquel joven que era un ácrata
de costumbres malsanas y sardónico
Se oyeron unos pasos en el pórtico
y ella no se movió, quedose impávida,
con actitud amorfa y antipática
esperando que entrara aquel agnóstico.
que según se expresaba, era un escéptico,
ni en el amor creía, era fanático,
él era del amor libre y científico.
Pues con este escenario tan decrépito
¿qué harán estos amantes casi trágicos,
en visita de ambiente ruin y cínico?
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