Se desnuda la mañana
tras un camino sombrío,
su piel fresca con rocío
y aurora que la engalana.
Amanece en mi ventana
desde la orilla del río,
dejando su desafío
que huele a miel y a manzana.
Es la dulce invitación
a sonreírle a la vida
con el verso o la canción,
con el alma estremecida
de sentimiento y pasión,
como punto de partida.
ANA