(Dodecasílabos)
En la tarde solitaria de este día
cuando el sol ya se ocultaba en el poniente,
mil recuerdos se asomaban a mi mente
y me hacían ver que no eras fantasía.
El silencio se disipa en mi memoria
y una voz que en mis oídos bien se escucha
me recuerda que en su tono siempre hay mucha,
tentación que me transporta hasta la gloria.
Hoy me siento muy feliz de ser tentado
por tus besos y tu suave voz dulcita,
y también porque ambos hemos realizado
lo más bello que nuestra alma necesita.
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Mariano Bequer.
Maracaibo, 27/12/11