la pícara sonrisa de diablesa
el néctar de sus labios cuando besa
la falda de esmeraldas que me altera.
Es siempre en el verano primavera
(escándalo de flores por sorpresa).
Azul añil vestida de princesa
y cuando coge el bolso en bandolera.
Es primavera cuando la presiento
si roza con sutil delicadeza
las frías manos íntimas del viento.
Un alarde insolente de belleza
si muere el corazón en el intento
de quitártela al fin de la cabeza.
Rybka.