Jugar quisiera siempre en las mañanas
sentirme fresca como la alborada,
mi risa revolcando enamorada
asemejando sones de campanas.
Abrir contenta todas mis ventanas
cantándole a la brisa almibarada,
zorzales alegrando mi mirada
al verlos retozar en las fontanas.
La luna irá naciendo quieta y bella,
su luz he de pedirle del lucero
para poder jugar a firmamento.
La noche ha de tornarse cual brasero
su magia dará a mi alma lo que siento,
seguir iluminando como estrella.
Matilde Maisonnave