
¡Amor, no te detengas!
Desnúdame, soy tuya, y suelta mis cadenas
salpica llamaradas de mástiles antojos.
Mirada que me envuelve sacudiendo sonrojos
suspiros que arrebatas abrasando las penas.
Amor, en tu ternura sumerges las condenas,
avanzas tus garúas uniendo mis despojos
ansiándome voraces abriendo mis cerrojos,
pasiones desbordantes en mí desencadenas.
Los cuerpos ya se funden y laten los vergeles
anidas en mis pliegues tus ansias aplacando,
lujuria se acrecienta soltando mis pasiones.
Fulguran las estrellas te adentras sin presiones,
las velas se consumen y sigo suplicando…
¡Amor, no te detengas entrégame tus geles!
Matilde Maisonnave