
Te regalo el adiós.
(Inspiración)
Sin poder resistir tan cruel castigo
hoy me alejo de tanto sufrimiento.
¡Te regalo el adiós, sin argumento!
Se feliz, que no quiero un enemigo.
Es inmenso el dolor, mas cual mendigo,
basta poca bondad y me alimento;
el bocado me llena de momento
mas la sed no se calma, es conmigo.
El amor que te tuve fue precioso...
los momentos hermosos me los guardo,
y los tragos amargos los sepulto.
Quiero ver si con este humilde culto
el dolor tan profundo e imperioso
cesa ya. ¡No soporto el cruento dardo!
Verónica...

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