
DANZA DE TINTA Y LUNA
 
Aquellos versos atrapados en mi mente
buscando un espacio para poder escapar,
y vagar libre como el viento errante,
cual gaviota que sueña con posarse en el mar.
Son notas que tiemblan en la garganta,
suspiros que aún no se atreven a hablar,
pero cuando la luna les canta bajito,
se convierten en alas que saben volar.
Esa luna, testigo silente de mágicos momentos,
cuando tus manos entrelazadas a las mías
guiaban nuestro baile nupcial,
como si el tiempo nos cediera su compás.
El aire llevaba perfumes de promesas susurradas,
cada paso era un juramento sin palabras,
y nuestros cuerpos, reflejo de almas unidas,
dibujaban poesía sobre la pista iluminada.
La pluma que danza de nuevo
trazando versos que hacen estremecer,
rememorando tiempo añorado
al son de melodías de atardecer.
Cada palabra, un suspiro que regresa,
cada línea, un eco de lo que fue,
como si el papel pudiera abrazar el pasado
y vestirlo de luna otra vez.
La tinta vibra con antiguos latidos,
y tú, como trovador del ayer,
revives historias entre acordes suaves
que el corazón aún quiere entender.
Y vuelvo a escribirte en el cielo del alma,
con tinta de abrazos que no pude guardar.
La brisa repite tu nombre en calma,
como eco de un tiempo que quiere regresar.
Y al final esta danza escrita con el alma,
flotando los versos quedaron en el aire,
como memorias vestidas de melodías,
y caricias que no se saben olvidar.
El papel guarda nuestra historia callada,
la luna sonríe desde su altar,
y aunque el tiempo siga adelante sin pausa,
tu poesía, la nuestra, jamás se va a olvidar.
 
Ramita
Beatriz Cea
Septiembre 2025
Derechos Reservados

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