Enciendo una vela,
una vela que lo quema todo.
Entre fuego y parafina,
se quema lo que aún queda
Un corazón cubierto de cera,
las venas que lo sujetan, están rotas.
Alacenas que no contienen nada, solo madera,
y algún que otro defecto; si lo miras de cerca.
Llama naranja que ilumina todo,
aunque todo no sea nada,
nada sea todo,
todo está errado.
Apago la vela,
estoy yo conmigo mismo,
sin la luz que me apela,
sin nada que diga de mi dualismo.