El silencio del testigo (susipiro a madera)
Moderador: Moderadores
-
- -
- Mensajes: 32
- Registrado: Mié Dic 23, 2009 21:43
El silencio del testigo (susipiro a madera)
La marea empapaba las solapas de los libros en los escalones.
Escalones de añeja madera deteriorada,
Por los años, por la ansiedad y la frustración,
El vaivén de suelas llenas de grada,
De arena, de polvo…
Escalera inmortalizada en su posición,
En su petrificada utilidad…
Suben y bajan.
Libros que no responden.
Polvo maldito, y arena llena de atardeceres y agua salada,
Sabores que se confunden,
Sabores que se transforman.
Manzanilla y tomillo,
Danzantes en el aire debido a la brisa destructora,
Que hace su entrada por un espacio diminuto,
Un espacio que solo un pésimo carpintero puede crear,
Al confeccionar una ventana,
Encastrado en un marco de mismo material.
Leñador maldito…
Madera de algarrobo que fecunda el aire sin soltar una lagrima.
Altanera y odiosa,
Su pánfila y tediosa libertad,
Maldito aroma de naranjos y lirios.
Mis pálidas manos no reaccionan,
Y el incienso me martiriza con su ceniza caliente,
De colores grisáceos amorronados,
De textura suave como la pisada del fuego,
En campos secos de noviembre.
Un día como cualquiera de todos aquellos que pasaban,
La manga de mi suéter se atascó en el barandal empolvorizado,
Una astilla que resaltaba a la altura de la contrahuella,
Del encolerizado escalón dieciséis.
Olor a teca,
De pigmentación y colores, sabores y olores.
De albura blanquecina y duramen amarillento o broncíneo.
Particularmente de aspecto grasoso.
Típico aspecto del peinado Snob europeo que no encajó jamás.
Olor que carcomió mis ideas y de alguna manera que no comprendo,
Supo galantear mi visión y desnudar la duda por sobre mi titubeo,
Haciendo que la curiosidad picara la carnada.
Y heme aquí,
Como asesino buscando su víctima,
Como navío naufragado sobre aguas desconocidas,
Mis manos y mi cuerpo sospecharon antes que mi conciencia,
Y destripó el barandal.
Las astillas empapaban el suelo y manchaban su sabia mis manos asesinas,
Manos de carpintero,
Manos de leñador… de maldito leñador.
¿Que sucedió en mí psiquis para descargar tanta curiosidad y furia?,
Sobre mis manos solo habla la locura,
Que quiebra mis tendones de ira,
Que proclamaban un accidente.
El marchito árbol hablaba por si solo,
El árbol que algún día atrás sirvió de sostén y brazos,
Como la Themis griega,
Para las cuerdas inútiles que sosegaban mis días de aburrimiento,
En un columpio que jamás pudo servir de diversión,
Para un chiquillo huérfano de primaveras,
Lejos de veranos y campos de amapolas y cielos con estrellas,
El árbol que mis manos talaron sin remordimiento.
Hoy dio en la tecla,
Hoy dio sus frutos.
Años de rencor,
Años de indiferencia,
Años de servir como pedestal,
En un lugar en el cual su sabia no era necesaria,
Su sangre proclamaba justicia de aquel sacrificio,
Y las astillas clavaron profundo sobre la carne iracunda.
Ten piedad,
Brote de árbol sin corazón,
Brote reseco y extirpado,
Reseco y marchitado,
Que sobresalió de sus entrañas,
Arrancado como la carne.
Madera de vida,
Como la carne para los pobres,
Calor para el moribundo,
Lujo para el mediocre,
Aposento para el enfermo,
Hogar para el paquidermo,
Escarbadientes de cualquier blasfemo,
Soporte para el mismo idiota,
Que escribe sobre tus hojas,
Y trata sin éxito de blandir su culpa hacia la zozobra.
La estúpida teca,
El maldito escalón dieciséis,
Y la carta oculta sobre aquel escalón,
El mechón de pelos ensangrentados sobre un olvidado suceso del pasado.
La realidad golpeando las paredes,
Las raíces soltando sus brotes,
La maleza amenazante,
Acudiendo a la alianza macabra de la culpa y su vendita rendición.
Abrázame colchón de hojas muertas,
De ramas,
De naranjas pútridas y orquídeas errantes,
Haz de mi cuerpo el abono perfecto,
Haz de mí lo mismo que tiempo atrás hice de ti.
Si, Tú.
Árbol testigo de mi único desquicio,
De mi última obra repugnante.
Ensuciando mis manos por siempre,
De sangre amada,
De sangre sellada con agua maldita,
Agua de venenos abundantes,
De un veneno corrosivo,
Que al derramarse por mis ojos y mi boca,
Sació de verdad mi sed de dudas,
Y maltrató mis vísceras con su cruel verdad.
El engaño,
La crueldad,
La sangre de mí amada en mis manos,
El mechón de pelo sobre la daga asesina.
La sangre,
El indeleble silencio de la muerte,
Y la vergüenza atónita del testigo,
Silencioso.
La amarga soledad que me espera,
La decisión inquebrantable,
De nuevo el veneno,
De nuevo la daga,
El metal abriendo los ríos de sangre,
El escalón dieciséis,
La muerte de aquel testigo silencioso,
Que dejó en el aire el último suspiro a madera.
Escalones de añeja madera deteriorada,
Por los años, por la ansiedad y la frustración,
El vaivén de suelas llenas de grada,
De arena, de polvo…
Escalera inmortalizada en su posición,
En su petrificada utilidad…
Suben y bajan.
Libros que no responden.
Polvo maldito, y arena llena de atardeceres y agua salada,
Sabores que se confunden,
Sabores que se transforman.
Manzanilla y tomillo,
Danzantes en el aire debido a la brisa destructora,
Que hace su entrada por un espacio diminuto,
Un espacio que solo un pésimo carpintero puede crear,
Al confeccionar una ventana,
Encastrado en un marco de mismo material.
Leñador maldito…
Madera de algarrobo que fecunda el aire sin soltar una lagrima.
Altanera y odiosa,
Su pánfila y tediosa libertad,
Maldito aroma de naranjos y lirios.
Mis pálidas manos no reaccionan,
Y el incienso me martiriza con su ceniza caliente,
De colores grisáceos amorronados,
De textura suave como la pisada del fuego,
En campos secos de noviembre.
Un día como cualquiera de todos aquellos que pasaban,
La manga de mi suéter se atascó en el barandal empolvorizado,
Una astilla que resaltaba a la altura de la contrahuella,
Del encolerizado escalón dieciséis.
Olor a teca,
De pigmentación y colores, sabores y olores.
De albura blanquecina y duramen amarillento o broncíneo.
Particularmente de aspecto grasoso.
Típico aspecto del peinado Snob europeo que no encajó jamás.
Olor que carcomió mis ideas y de alguna manera que no comprendo,
Supo galantear mi visión y desnudar la duda por sobre mi titubeo,
Haciendo que la curiosidad picara la carnada.
Y heme aquí,
Como asesino buscando su víctima,
Como navío naufragado sobre aguas desconocidas,
Mis manos y mi cuerpo sospecharon antes que mi conciencia,
Y destripó el barandal.
Las astillas empapaban el suelo y manchaban su sabia mis manos asesinas,
Manos de carpintero,
Manos de leñador… de maldito leñador.
¿Que sucedió en mí psiquis para descargar tanta curiosidad y furia?,
Sobre mis manos solo habla la locura,
Que quiebra mis tendones de ira,
Que proclamaban un accidente.
El marchito árbol hablaba por si solo,
El árbol que algún día atrás sirvió de sostén y brazos,
Como la Themis griega,
Para las cuerdas inútiles que sosegaban mis días de aburrimiento,
En un columpio que jamás pudo servir de diversión,
Para un chiquillo huérfano de primaveras,
Lejos de veranos y campos de amapolas y cielos con estrellas,
El árbol que mis manos talaron sin remordimiento.
Hoy dio en la tecla,
Hoy dio sus frutos.
Años de rencor,
Años de indiferencia,
Años de servir como pedestal,
En un lugar en el cual su sabia no era necesaria,
Su sangre proclamaba justicia de aquel sacrificio,
Y las astillas clavaron profundo sobre la carne iracunda.
Ten piedad,
Brote de árbol sin corazón,
Brote reseco y extirpado,
Reseco y marchitado,
Que sobresalió de sus entrañas,
Arrancado como la carne.
Madera de vida,
Como la carne para los pobres,
Calor para el moribundo,
Lujo para el mediocre,
Aposento para el enfermo,
Hogar para el paquidermo,
Escarbadientes de cualquier blasfemo,
Soporte para el mismo idiota,
Que escribe sobre tus hojas,
Y trata sin éxito de blandir su culpa hacia la zozobra.
La estúpida teca,
El maldito escalón dieciséis,
Y la carta oculta sobre aquel escalón,
El mechón de pelos ensangrentados sobre un olvidado suceso del pasado.
La realidad golpeando las paredes,
Las raíces soltando sus brotes,
La maleza amenazante,
Acudiendo a la alianza macabra de la culpa y su vendita rendición.
Abrázame colchón de hojas muertas,
De ramas,
De naranjas pútridas y orquídeas errantes,
Haz de mi cuerpo el abono perfecto,
Haz de mí lo mismo que tiempo atrás hice de ti.
Si, Tú.
Árbol testigo de mi único desquicio,
De mi última obra repugnante.
Ensuciando mis manos por siempre,
De sangre amada,
De sangre sellada con agua maldita,
Agua de venenos abundantes,
De un veneno corrosivo,
Que al derramarse por mis ojos y mi boca,
Sació de verdad mi sed de dudas,
Y maltrató mis vísceras con su cruel verdad.
El engaño,
La crueldad,
La sangre de mí amada en mis manos,
El mechón de pelo sobre la daga asesina.
La sangre,
El indeleble silencio de la muerte,
Y la vergüenza atónita del testigo,
Silencioso.
La amarga soledad que me espera,
La decisión inquebrantable,
De nuevo el veneno,
De nuevo la daga,
El metal abriendo los ríos de sangre,
El escalón dieciséis,
La muerte de aquel testigo silencioso,
Que dejó en el aire el último suspiro a madera.
Re: El silencio del testigo (susipiro a madera)
Maurycrash@hotmail.com
A sido un verdadero placer
el deslizarme en sus letras de su versar.
Gracias por compartir con todos nosotros su obra poética..
Saludos y que el Señor guie su caminar!

A sido un verdadero placer
el deslizarme en sus letras de su versar.
Gracias por compartir con todos nosotros su obra poética..
Saludos y que el Señor guie su caminar!

- BrisaMarina
- * * * * * * * * *
- Mensajes: 2315
- Registrado: Jue Mar 03, 2011 08:21
- Ubicación: México,Baja California
- Contactar:
Re: El silencio del testigo (susipiro a madera)
Hola,Maurycrash...Un relato interesante que ha desperado mi curiosidad y me atrapa leyendole hasta el final...
Aplaudo su obra e inspiraciorn,excelente dia

Aplaudo su obra e inspiraciorn,excelente dia

- Ocervant
- * * * * * * * * *
- Mensajes: 2393
- Registrado: Jue Mar 17, 2011 15:43
- Ubicación: México, D.F.
Re: El silencio del testigo (susipiro a madera)
Un gusto recorrer tus letras
respirando ese aroma a madera
donde se muestra ese sentir
esparciéndose en el viento
Un gusto leerte
Saludos
respirando ese aroma a madera
donde se muestra ese sentir
esparciéndose en el viento
Un gusto leerte
Saludos
LA MEJOR FORMA QUE TENGO DE AGRADECERTE
ES COMENTADO LO QUE TÚ ESCRIBES
GRACIAS POR LEERME
ES COMENTADO LO QUE TÚ ESCRIBES
GRACIAS POR LEERME
- Sanctus Nebula
- XIII Aniversario: Poesía Sensual
- Mensajes: 4260
- Registrado: Sab Nov 05, 2011 07:12
- Ubicación: 3+3=2
Re: El silencio del testigo (susipiro a madera)
Maurycrash@hotmail.com
Me dejaste sin palabras;
ante esa historia en la que duele
el alma, se siente el silencio,
la muerte llegar sin hacer ruido
y el calvario de ser parte de todo
quizás sin culpa.
Uff, de verdad me dejaste pensando muchas cosas.
Me dejaste sin palabras;
ante esa historia en la que duele
el alma, se siente el silencio,
la muerte llegar sin hacer ruido
y el calvario de ser parte de todo
quizás sin culpa.
Uff, de verdad me dejaste pensando muchas cosas.
Me crecerán alas nuevas y renacerá mi corazón


Re: El silencio del testigo (susipiro a madera)
Maurycrash@hotmail.com
Desesperación, confusión, soledad, angustia,
presiente el alma cuando la tristeza se apodera
de cada una de las emociones del alma y del
corazón.
Que excelente manera de utilizar metáforas en
este magnifico aporte poético, usas cada palabra
par dar belleza y profundidad a tu sentimiento,
logrando que el lector se adentre he interese en
este excelso relato de sentimientos.
Es un honor visitarte y aplaudir tu obra, gracias
por permitirnos disfrutar de tu talento.
Un abrazo fraterno y mi admiración.
Desesperación, confusión, soledad, angustia,
presiente el alma cuando la tristeza se apodera
de cada una de las emociones del alma y del
corazón.
Que excelente manera de utilizar metáforas en
este magnifico aporte poético, usas cada palabra
par dar belleza y profundidad a tu sentimiento,
logrando que el lector se adentre he interese en
este excelso relato de sentimientos.
Es un honor visitarte y aplaudir tu obra, gracias
por permitirnos disfrutar de tu talento.
Un abrazo fraterno y mi admiración.


La poesía ajena que robas sin conciencia,
será el estigma de tu corazón,
haciéndote vivir a la sombra,
de lo que tu alma... * JAMÀS ESCRIBIÒ *
(Verònica K.)
- Mujer de Espuma
- Poetisa Distinguida
- Mensajes: 26936
- Registrado: Mar Dic 04, 2007 15:44
Re: El silencio del testigo (susipiro a madera)
Claro que diste un golpe perfecto en las teclas mi admirado Poeta y nos dejaste percibir un mundo de sensaciones artísticamente entrelazadas.
Mi aprecio y admiración querido amigo.
Abrazos y bendiciones...
Queta
Mi aprecio y admiración querido amigo.
Abrazos y bendiciones...
Queta

