AMOR CALCULADO…
Publicado: Vie Jun 03, 2011 08:09
AMOR CALCULADO…
Por: Douglas J. Álvarez M.
Elevada a la enésima potencia tu singular belleza
en mi plano cartesiano se acoplo.
Entre nuestros puntos de inflexión una ecuación
hiperbólica se generó.
Mi tangencial mirada en el infinito de tus concéntricas
pupilas se sumergió.
El diferencial calculado entre tu boca y la mía como un
binomio perfecto nuestros labios fundió.
El área de tu curvilínea anatomía en mi pizarra se convirtió,
y el perímetro de tu contorno hasta el límite indeterminado
de la locura me llevo.
La distancia entre tu coseno y mi convexa superficie
el ímpetu minimizó.
Mi exponencial deseo a su máxima expresión llego,
y la curva ascendente de tu pasión en el infinito se desvaneció.
El ángulo recto de nuestros cuerpos en llano se transformo.
Tu triangulo equilátero en rectangular se torno al ver como el diámetro
de mi hipotenusa se duplico.
La parábola que mi intimidad creo muy sutilmente en el seno
de tu fuente se desarrollo.
Tus segmentados gemidos como un intervalo infinito de placer
a mis oídos acaricio.
El ondulatorio movimiento de nuestras caderas al clímax nos empujo
y el irracional frenesí de nuestro amor en un conjunto unitario se fusiono.
Por: Douglas J. Álvarez M.
Elevada a la enésima potencia tu singular belleza
en mi plano cartesiano se acoplo.
Entre nuestros puntos de inflexión una ecuación
hiperbólica se generó.
Mi tangencial mirada en el infinito de tus concéntricas
pupilas se sumergió.
El diferencial calculado entre tu boca y la mía como un
binomio perfecto nuestros labios fundió.
El área de tu curvilínea anatomía en mi pizarra se convirtió,
y el perímetro de tu contorno hasta el límite indeterminado
de la locura me llevo.
La distancia entre tu coseno y mi convexa superficie
el ímpetu minimizó.
Mi exponencial deseo a su máxima expresión llego,
y la curva ascendente de tu pasión en el infinito se desvaneció.
El ángulo recto de nuestros cuerpos en llano se transformo.
Tu triangulo equilátero en rectangular se torno al ver como el diámetro
de mi hipotenusa se duplico.
La parábola que mi intimidad creo muy sutilmente en el seno
de tu fuente se desarrollo.
Tus segmentados gemidos como un intervalo infinito de placer
a mis oídos acaricio.
El ondulatorio movimiento de nuestras caderas al clímax nos empujo
y el irracional frenesí de nuestro amor en un conjunto unitario se fusiono.