¿AHORA QUIEN?.
Publicado: Jue Abr 09, 2009 04:32
¿ AHORA QUIEN?
¿Quién ahora es el confidente en tu intimidad?,
¿A quién revelas los enigmas de tus deseos?.
Aún conservo en mi labios de tu piel su lenidad,
Y el calor de nuestro lecho en apetecidos desvelos.
No sé quién prodiga a tu vida tan sublimes caricias,
codiciadas emociones que se perciben con el alma,
contactos sentimentales que cómo delicadas brisas,
se ofrendan incondicionales cómo serenos del alba.
¿A quién entregas el pasional carmesí de tu boca?,
el amado y cautivante púrpura de tus gráciles labios.
¿Quién ostenta aquel blando corazón hoy de roca?,
que indiferente y en el olvido, no visita ya mis prados.
¿En donde escondes los tesoros de tu añorada sonrisa?,
albos marfiles que en demasía ostentaron mis besos,
perdurables caricias que mantienen mi alma sumisa
y en febriles desvaríos que desbordan mis excesos.
¿Quién ahora respira los perfumes de tu alcoba?,
fragancias que ocultas palpitan en mi sangre.
Recuerdos indelebles que tu remembranza no roba
y enciende nuestra flama que perseverante arde.
¿Quién recorre tus amadas formas con deseo tan lascivo?,
Profanando el Sagrado Templo en que cimenté mi Altar,
delicias otorgadas con sentimiento puro y vivo,
voluntaria convivencia en casta necesidad de amar.
Y a pesar de tu distancia, de esa fría indiferencia,
quebrantado el corazón, confieso que te amo,
que vivo en tu recuerdo que añoro tu presencia
y en mis noches solitarias solo tu nombre clamo.
Te necesito como el río sin su cauce no vive,
cómo la flor necesita el húmedo rocío.
El Sol sin el alba el amanecer no percibe,
y tu corazón no palpita sin el mío.
Autor: Víctor A. Arana,
(VICTOR SANTA ROSA),
Cincinnati, Ohio, Diciembre 2008.
¿Quién ahora es el confidente en tu intimidad?,
¿A quién revelas los enigmas de tus deseos?.
Aún conservo en mi labios de tu piel su lenidad,
Y el calor de nuestro lecho en apetecidos desvelos.
No sé quién prodiga a tu vida tan sublimes caricias,
codiciadas emociones que se perciben con el alma,
contactos sentimentales que cómo delicadas brisas,
se ofrendan incondicionales cómo serenos del alba.
¿A quién entregas el pasional carmesí de tu boca?,
el amado y cautivante púrpura de tus gráciles labios.
¿Quién ostenta aquel blando corazón hoy de roca?,
que indiferente y en el olvido, no visita ya mis prados.
¿En donde escondes los tesoros de tu añorada sonrisa?,
albos marfiles que en demasía ostentaron mis besos,
perdurables caricias que mantienen mi alma sumisa
y en febriles desvaríos que desbordan mis excesos.
¿Quién ahora respira los perfumes de tu alcoba?,
fragancias que ocultas palpitan en mi sangre.
Recuerdos indelebles que tu remembranza no roba
y enciende nuestra flama que perseverante arde.
¿Quién recorre tus amadas formas con deseo tan lascivo?,
Profanando el Sagrado Templo en que cimenté mi Altar,
delicias otorgadas con sentimiento puro y vivo,
voluntaria convivencia en casta necesidad de amar.
Y a pesar de tu distancia, de esa fría indiferencia,
quebrantado el corazón, confieso que te amo,
que vivo en tu recuerdo que añoro tu presencia
y en mis noches solitarias solo tu nombre clamo.
Te necesito como el río sin su cauce no vive,
cómo la flor necesita el húmedo rocío.
El Sol sin el alba el amanecer no percibe,
y tu corazón no palpita sin el mío.
Autor: Víctor A. Arana,
(VICTOR SANTA ROSA),
Cincinnati, Ohio, Diciembre 2008.