Una noche muy temprano
se despertaba el poeta
porque alguien le llamaba
presta estaba su maleta
Llegaba la Dama Blanca
esa que nunca te olvida
y murmurando su nombre
le dijo que lo llevaba
Agarrando la maleta
se levantó de la cama
más se detuvo en el acto
por orden de la Señora
Un poema en la mesita
que una tarde él escribiera
por un amor que perdiera
la Dama se lo leyera
Dicen que la muerte
nunca por nada suspira
pero aquella hermosa noche
dos lágrimas se le perdieran
Volviendo sobre sus pasos
dejó vivir al poeta
pero a su mano agarrado
el poema se llevara